El Banco Central del Paraguay (BCP) recortó la proyección de crecimiento del producto interno bruto (PIB) paraguayo para el 2022, de 3,7% a 0,2%, pero las estimaciones de las empresas privadas indican que aparentemente el desempeño de la economía paraguaya será mucho menor, a pesar de que el segundo semestre presenta un panorama mejor de lo que fue primera mitad del año.
Así lo han asegurado desde la consultora económica MF, la consultora CPA Ferrere y desde la casa de bolsa Investor.
“Nosotros tenemos una proyección de -0,5%. Habíamos tenido proyecciones más bajas que esta, pero la recuperación del sector maicero nos cambió un poco esos números”, comentó vía telefónica el exministro de Hacienda y presidente de la consultora MF Economía, Manuel Ferreira.
Para el especialista actualmente la inversión está muy disminuida por una serie de factores, entre los que sobresale la suba de las tasas de interés. “Tenemos casi 66% de pérdida en la campaña sojera con respecto al año pasado, y otras pérdidas que acarrean muchas empresas producto de la pandemia, que ha sido importante”, refirió.
Consultado sobre si realizar más inversiones desde el sector público para mejorar el cierre de año es una buena idea, Ferreira explicó que se debe analizar el modo de financiamiento, ya que la deuda pública del Paraguay trepó al 35% del PIB y, por tanto, el Ministerio de Hacienda no la tiene fácil para conseguir recursos. No obstante, recomendó que se trabaje en un plan de inversiones para atraer capital privado.
“Esa atracción de capital de privado por parte de este Gobierno ha sido poco y nada, hay que cambiar ciertas normativas que frenan mucho ese tipo de operaciones, pero creo que es la vía que va a tener que usar el gobierno que entre”, dijo.
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Por su parte, la economista Patricia Goto, de la consultora CPA Ferrere, comentó que tienen una proyección de -1,8% para el 2022. “Esto recoge mucho de lo que pasó en el agro, puntualmente con la zafra sojera que se vio muy afectada por la sequía, con una fuerte caída de la producción de soja” afirmó.
Señaló que lo que ocurre en el sector agrícola repercute bastante en lo que es el crecimiento económico de Paraguay. Aclaró que esta proyección está sujeta a revisión constante, pero que se mantienen en terreno negativo ya que la mayor parte del PIB paraguayo está asociado al sector primario.
Además del agro, señaló el impacto que está teniendo el fenómeno inflacionario sobre el consumo. “Esto también se refleja en otros indicadores como el indicador de ventas del BCP, que ya está empezando a mostrar un deterioro”, sostuvo.
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Inicialmente se esperaba que en el 2022 el consumo repunte después de la pandemia y muestre una recuperación total, pero eso quedó pospuesto debido al fenómeno inflacionario que estamos observando.
Goto aclaró que la inflación tiene características muy inusuales, porque está determinada por alimentos y combustibles, lo cual hace que el deterioro en el poder adquisitivo sea importante y eso nuevamente se refleje en las ventas comerciales.
Finalmente, alertó que ante un escenario como este, los agentes económicos tienden a paralizar o a desincentivar el consumo propio y también las empresas se ven afectadas en términos de inversión debido a la inflación.
“Así que por lo menos para lo que queda de 2022 creemos que va a ser un año todavía difícil para el sector terciario, puntualmente para los comercios, debido a este factor. Nosotros estamos estimando una inflación cercana al 10% para el cierre de este año”, puntualizó.
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Por su parte, desde Investor manifestaron que si bien las expectativas para el sector primario presentaron una mejora para el segundo semestre, en comparación con la pérdida del primer semestre de casi el 60% de la producción de soja, las perspectivas en general no presentan una mejora significativa debido al impacto que está teniendo en nuestra canasta básica y el efecto que tiene la pérdida en el sector primario en el resto de la economía.
“Desde Investor, hasta el momento, mantenemos la estimación para el PIB de una caída del 1,6%. Esta caída será impulsada principalmente por una de las peores campañas sojeras en varias décadas y por el efecto multiplicador que posee este rubro en la economía nacional”, indicó Ivonne Aristizábal, economista de la citada casa de bolsa.
Señaló que algunos factores inciertos que pueden influir en el crecimiento final incluyen cuán rápido culmine el conflicto bélico en Ucrania y cuán restrictiva se torne la política monetaria, así como el dinamismo que muestran los demás sectores de la economía nacional.
Entre otras proyecciones, se destaca que el banco Itaú suavizó su pronóstico de caída del PIB paraguayo para el presente año, desde el -1,7% anunciado en su análisis de febrero pasado al -1% contemplado en la entrega más reciente.
“Esperamos que la actividad se recupere a lo largo del segundo semestre a medida que disminuya el efecto negativo de la sequía que tuvo lugar en el primer trimestre del 2022, y que la producción de la construcción se normalice después de verse afectada por las fuertes lluvias de abril y mayo”, detalló la entidad, en su último informe.