Bogotá, 28 jul (EFE).- La vicepresidenta y canciller de Colombia, Marta Lucía Ramírez, que dejará el cargo el próximo 7 de agosto, considera que la integración latinoamericana no avanza porque hay una visión «mediocre» y falta de voluntad política para sacarla adelante.
«Lo que sí es cierto es que ha faltado una verdadera visión de integración, que hemos tenido una visión, que me da pena decirlo, muy mediocre de la integración», aseguró Ramírez en una entrevista con Efe.
En su opinión, «los distintos gobiernos de todos los países» asisten a «muchas reuniones presidenciales a veces ministeriales» pero «no hay una verdadera voluntad política de integrarnos».
«Cada vez que se habla de una integración profunda, con libertad de comercio, eliminación de aranceles, eliminación de restricciones, nos encontramos con que hay un montón de limitaciones y muchos mitos», manifestó.
Ramírez, que también fue ministra de Comercio en el Gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002), lamentó que «hasta en materia de eliminación de aranceles» se está «viendo la cantidad de restricciones que ponen algunos países latinoamericanos a otros países».
En otros casos, imponen la obligatoriedad de visados a los viajeros «y cuando no ponen visas entonces frenan a los pasajeros a la llegada a ese país y los devuelven», dijo.
«Si realmente hay una voluntad integradora deberíamos tener un solo mecanismo que permita libertad de circulación de personas, del comercio, de bienes, de capitales, integrarlos, hacer algo parecido a la Unión Europea. Porque América Latina unida es muy poderosa, pero América Latina individualmente, cada país, es débil en el concierto internacional», expresó.
INDEPENDENCIA DE LA POLÍTICA
La vicepresidenta y canciller añadió que «este continente tiene que luchar por eso (la integración) siempre, independientemente de si los gobiernos que están en el poder son de izquierdas o son de derechas».
En ese sentido expresó su deseo de que se mantenga el foro Prosur ahora que Chile y Colombia, los dos países que han liderado ese mecanismo, han dado un giro a sus gobiernos, de la derecha a la izquierda.
Prosur fue creado en 2019 por el entonces presidente de Chile, Sebastián Piñera, y su homólogo de Colombia, Iván Duque, como alternativa a la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que consideraban excesivamente «burocrática e ideologizada».
El presidente de Chile, Gabriel Boric, anunció el pasado 3 de abril la decisión de suspender la participación de su país en ese mecanismo y está por verse el manejo que le dará el próximo presidente colombiano, Gustavo Petro, que tiene sintonía con su homólogo chileno y asumirá en diez días como sucesor de Duque.
«Ojalá que no desaparezca Prosur, ojalá que se pueda lograr esa complementariedad entre instrumentos y entre mecanismos articuladores e integradores en nuestra región», agregó la funcionaria colombiana.
Ramírez dijo además que le gustaría «que todos los países, los gobiernos, los presidentes, pasen por encima del cortoplacismo de su mandato y piensen con muchísima visión de estadistas en cómo podemos tener una América Latina poderosa e integrada porque seríamos muy poderosos si tenemos un solo mecanismo, o dos que se complementen».
Al hacer un balance de lo que no pudo hacer en su gestión de cuatro años como vicepresidenta y poco más de un año como canciller, Ramírez dijo que «hubiera querido tener más tiempo para hacer mucho más con América Latina, sobre todo haber generado un gran proyecto integrador que estuviera basado en cadenas regionales de valor» para convertir a la región, por ejemplo, en una «despensa de alimentos procesados para muchos países del mundo».
«Creo que es totalmente absurdo que un subcontinente tan rico en recursos naturales, tan rico en su capacidad de producción, de verdad tenga un nivel de pobreza extrema, de pobreza tan alta, y una insatisfacción ciudadana tan grande», concluyó.