Supongamos que disponemos de un determinado monto para invertir en un instrumento en renta fija, como un bono o un CDA (Certificado de Depósito de Ahorro). Nos encontramos con múltiples opciones de inversión, en distintas monedas.
Quizás seamos relativamente nuevos en este mundo, y nos llame la atención que el rendimiento ofrecido por los instrumentos en dólares es siempre inferior a los denominados en guaraníes.
Analicemos esta diferencia desde el ángulo del inversionista. Desde el punto de vista histórico, la moneda estadounidense es más estable que la nuestra, en el sentido de que su devaluación en el tiempo ha sido consistentemente inferior a la paraguaya. Esto implica que invertir en dólares probablemente implique una ganancia adicional en términos del valor del bono, la cual debe ser compensada por los rendimientos del instrumento en guaraníes de tal modo a que ambos se mantengan igualmente atractivos.
El siguiente gráfico compara la inflación americana histórica (en el periodo 1960-2021) con la paraguaya. Las líneas entrecortadas simbolizan los respectivos promedios y confirman que la diferencia promedio en inflaciones de este
periodo fue del 6,7%.
A continuación, desarrollaremos una sencilla regla que nos ayude a determinar en cuál moneda invertir
Imaginemos que dentro del conjunto de instrumentos que nos ofrecen, tenemos dos bonos muy similares, uno en guaraníes y otro en dólares.
A excepción de las tasas ofrecidas, las demás características son idénticas: ambos expiran en la misma fecha, pagan intereses con la misma periodicidad, tienen la misma calidad crediticia, no son rescatables, no son subordinados. etc. En este análisis también obviaremos el riesgo de que el emisor no pague el bono.
Haremos suposiciones adicionales para simplificar aún más el análisis y lograr capturar la esencia de esta relación:
podemos comprar ambos bonos a la par y los bonos pagan intereses una única vez al año.
Invirtiendo en guaraníes, el monto total (M) que tendremos al final de los años es:
Aquí iPYG representa la tasa anual que otorga el bono y C, nuestro capital a invertir.
Por otro lado, es posible tomar este capital, convertirlo a dólares usando al tipo de cambio actual e invertirlo en un
bono denominado en esta moneda.
A medida que obtenemos flujos, lo volvemos a convertir en dólares, obteniendo la siguiente expresión para el monto (en guaraníes) al final de la inversión:
En donde TCi representa el tipo de cambio (en guaraníes) del año i; e iUSD, la tasa otorgada por el bono en dólares.
Seríamos indiferentes si y solo si ambas expresiones son idénticas. Igualándolas, dividiendo ambas por el producto
Cn y luego de manipulaciones algebraicas, concluimos que el inversor es indiferente si y solo si:
Consecuentemente, hemos hallado una expresión para el tipo de cambio promedio que logra una igualdad entre los beneficios otorgados de las distintas opciones de inversión. Es decir, al decidir invertir en una moneda particular, estamos implícitamente haciendo un juicio sobre cuál va a ser el tipo de cambio promedio futuro dentro del periodo de inversión.
De esta última expresión obtenemos la intuitiva relación de que si la tasa del bono en dólares es muy pequeña y la que está en guaraníes es muy elevada, el tipo de cambio promedio de equilibrio también será alto. Entonces, si optamos por comprar el instrumento en dólares, estamos indirectamente afirmando que creemos que el tipo de cambio subirá significativamente.
Un ejemplo
Las variables en el lado derecho de (1) son todas conocidas al momento de invertir, a excepción del tipo de cambio futuro. Se debe, por lo tanto, hacer una proyección de cuánto va a costar el dólar al final del plazo de inversión.
Por ejemplo, supongamos que el tipo de cambio actual es de G. 6.850, que proyectamos que en cinco años será de G. 8.000, y que tenemos a disposición dos bonos con las siguientes características:
Usando la expresión (1) calculamos el valor del dólar promedio que debemos fijarnos para tomar la decisión de inversión:
Concretamente, si se espera que el tipo de cambio promedio en los cinco periodos sea menor a este número, entonces conviene invertir en guaraníes, y viceversa. Notemos que solo interesa el valor del dólar en el momento que efectuamos el cambio de las monedas, no así en los demás meses.
Otra conclusión interesante de (1) es la restricción que se logra con el valor del tipo de cambio en el último periodo. Si dadas las condiciones actuales del mercado existen motivos para pensar que este valor futuro de la divisa sea
tal que TCn> = TC0 (1 + iPYG*n) entonces el tipo de cambio promedio sería negativo. En otras palabras, la decisión correcta es la de invertir en dólares.
Por último, se podría tomar un supuesto adicional que simplificaría aún más esta expresión. Esto es, que el tipo de cambio al final del periodo es el mismo que el actual (TCn=TC0). En especial en el corto plazo, este supuesto es frecuentemente razonable. Haciendo esta imposición adicional obtenemos la sencilla relación:
Si volvemos a hacer el cálculo anterior obtenemos un nuevo tipo de cambio promedio de equilibrio:
Consideraciones Finales
Bajo este análisis hemos hallado la evolución del dólar sugerida por las diferencias en las tasas en bonos denominados en distintas monedas. Cuando no se espera que el dólar fluctúe mucho, concluimos que lo razonable es invertir en guaraníes.
Por otro lado, observemos que si en Paraguay existiese un mercado de futuros consolidado, las variables TCi también
serían de antemano conocidas. Usando la igualdad (1) y despejando la tasa en dólares:
En tales circunstancias, la regla de inversión sería muy clara: si la tasa del bono ofrecido en dólares es menor al devuelto por la ecuación anterior, entonces de forma inequívoca conviene invertir en guaraníes, e inversamente.