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19 de septiembre de 2024

Si le va bien a la soja, le irá bien a la economía paraguaya, sostiene consultora

La consultora Mentu publicó sus expectativas económicas para este año, donde se ve una fuerte dependencia del sector agrícola para que en el 2023 se dé el tan anhelado efecto rebote en nuestro país.

De ser el caso, los demás sectores también se beneficiarán y el PIB crecerá en un 4,3%.

Para la inflación prevé una moderación al 6%, a la mitad del pico de 11,8% interanual que alcanzó en abril del 2022 y al tope del rango de 2% a 6% en que puede fluctuar dentro de los niveles controlables.

En su “Análisis coyuntural y tendencias 2023”, la consultora Mentu sostiene que la economía paraguaya está fuertemente relacionada con la campaña sojera, que tuvo una gran caída en la campaña anterior y que se espera pueda repuntar este año. La producción estimada para la soja es de 9,1 millones de toneladas cómo producción de la zafra 2022/2023.

Si bien las perspectivas climáticas son positivas, hay que recordar que las expectativas estaban en 10 millones de toneladas y bajaron por la sequía que todavía amenaza a la producción. “La agricultura tendrá un repunte, la recuperación de la campaña sojera 2022/23 dependerá de las condiciones climáticas durante la zafra principal, que por el momento se estiman buenas sin eventos extremos”, sostiene Mentu.

Se debe tener en cuenta también que los precios de los commoditties se van ajustando a la baja, pero con promedios elevados. De esta forma, la soja, por ejemplo, se encuentra en USD 542,26 por tonelada, mientras que en enero del año pasado se encontraba en USD 374,61 por tonelada, es decir, que el precio tuvo un aumento de 44,75% en el lapso de un año.

De la misma forma, tanto el trigo como el maíz tuvieron aumento de precios en el mismo periodo, de 22% y 55%, respectivamente. Si miramos el precio del trigo, este se encuentra actualmente en USD 278,34 por tonelada y el maíz, en USD 256,68 por tonelada.

Siguiendo con las tendencias de este año 2023, también el transporte se beneficiaría de la mayor producción agrícola, considerando que el flujo de movimiento es de 300 mil fletes por campaña, y el comercio se beneficiaría del incremento de la actividad y de la moderación de la inflación.

En el caso de la ganadería, esta se vería impactada por la menor oferta de animales debido a la reducción del hato y, por otro lado, la apertura a nuevos mercados podría compensar el desempeño del sector por mejores precios. La producción de electricidad tendría un repunte por la mejora en el caudal hídrico principalmente del río Paraná, sostiene Mentu.

Por el lado de las manufacturas, la consultora indica que la industria se beneficiaría de una mayor producción de aceite y harina de soja debido al incremento de la materia prima; y al mayor flujo de inversiones de la cadena productiva, mientras que la construcción se contraería por la menor ejecución de obras públicas debido al año electoral y a la culminación del plan de reactivación económica. El crecimiento sería impulsado por el sector privado.

Cabe destacar que las principales potencias del mundo y los países vecinos crecerán a un menor ritmo en el 2023 y que la inflación seguiría por encima de lo habitual pero moderándose a la baja. La estimación para el siguiente año es de un 6% de inflación.

Finalmente, Mentu prevé que la tendencia del consumo indicaría priorización de gastos. Para el crecimiento del PIB se estima un ritmo de 4,3% y el dólar estaría en G. 7.300, en promedio, con una variable de G. 200 tanto para la suba como para la baja.

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