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22 de diciembre de 2024

Moneda Común: Un modelo europeo y la viabilidad de su aplicación en Sudamérica

En los últimos meses fue puesto sobre la mesa una propuesta exitosa de alguna forma en Europa, pero visto desde muy lejos su aplicación en América del Sur, como lo es la idea de una moneda en común para esta parte del mundo.
En el presente artículo estaremos viendo el modelo Europeo de la Zona Euro, cómo funciona este sistema en Europa y las posibilidades de que también funcione para Sudamérica.

Por Antonio Trinidad.

El proceso para llegar a constituir el Euro fue largo y con altibajos, en los años 80 la economía europea enfrentaba uno de sus peores momentos con tasas de desempleo muy altos, un crecimiento potencial cada vez más reducido sumado al crecimiento del déficit público con niveles por encima del 3%.

Además, Estados Unidos, principal socio comercial, imponía cada vez más restricciones a las importaciones, en este contexto es que toma fuerza el surgimiento de un verdadero mercado común que permitiera impulsar el comercio y por tanto el crecimiento económico, a través de un mercado sin restricciones para todos los bienes, con una misma moneda y política monetario, de modo que los países no compitieran entre sí devaluando cada vez más sus monedas, algo que en aquellos tiempos era bastante habitual.

Finalmente, tras una década de preparativos, luego de la aceptación del Informe Delors por parte de los países participantes en 1990, el 01 de enero de 1999 el euro se introdujo en los mercados financieros mundiales. Al principio comenzó a operar como una moneda electrónica utilizada en los mercados financieros y para los pagos en efectivo, en donde unos 11 países de la Unión Europea (UE) integraron sus monedas locales bajo la supervisión del Banco Central Europeo. 

Recién en el año 2002 los billetes y las monedas del euro comenzaron a circular libremente entre estos países. En la actualidad son 20 los países de la UE que adoptaron el uso del Euro como moneda oficial, siendo Croacia la última en unirse a partir del 01 de Enero del 2023.

La introducción de una única moneda para muchos países separados geográficamente presenta ventajas y desventajas para los participantes:

Ventajas

El euro tiene muchas ventajas para los particulares, las empresas y las economías de los países que lo utilizan, a saber:

●   La facilidad con la que se pueden comparar los precios entre países, lo que impulsa la competencia entre empresas, beneficiando así a los consumidores.

●      La estabilidad de los precios.

●     La mayor facilidad, ahorro y seguridad que supone para las empresas comprar y vender en la zona del euro y entablar relaciones comerciales con el resto del mundo.

●      Mayor estabilidad y crecimiento económicos.

●      Unos mercados financieros mejor integrados y, por tanto, más eficientes.

●      Mayor influencia en la economía mundial.

●      Un signo tangible de la identidad europea.

Estas ventajas surgen a partir de que el euro ha eliminado los costes de las fluctuaciones de los tipos de cambio dentro de la zona del euro. Esto protege a los consumidores y a las empresas de la zona del euro de las costosas oscilaciones de los mercados monetarios, que, en algunos países, solían socavar la confianza, desalentar la inversión y provocar inestabilidad económica.

Desventajas

Una de las principales y más importantes desventajas es la pérdida de la autonomía de la Política Monetaria, traducida en la imposibilidad del banco central de cada país de utilizar sus propios instrumentos de política, de manera a poder hacer frente a las grandes crisis mundiales, ya que estos instrumentos son vitales para que un país pueda amortiguar los golpes económicos e inflacionarios producidos por shocks externos.

Otra de las desventajas importantes es la libre movilidad de capitales y el régimen de tipo de cambio fijo que condicionan a la política monetaria de formas diversas, pues esto hace que la oferta monetaria depende exclusivamente del resultado de la balanza de pagos y no directamente de las acciones del Banco Central.

¿Es viable para Sudamérica?

Antes de pasar a analizar los pros y los contras de la propuesta lanzada el pasado  domingo por los presidentes de Argentina, Alberto Fernández, y de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, en la antesala a la VII Cumbre de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que se desarrolló el martes 22 de Enero del 2023 en Buenos Aires, veremos la propuesta inicial de los dos países.

En un principio, la iniciativa de una moneda común llamada “Sur”  solo aplicaría para Brasil y Argentina, aunque no se descarta que posteriormente se vaya incluyendo a otros países de la región. 

Si bien la propuesta aún no tiene un sustento en reglas establecidas por ambos países, en un primer momento esta moneda se pretende que sea utilizada solamente para fines comerciales y no buscaría la unificación monetaria como el de la Unión Europea.

El Ministro de Economía Argentino Sergio Massa en conferencia de prensa con el Ministro de Hacienda de Brasil, Fernando Haddad, tras firmar un Memorándum de Entendimiento sobre Integración Económica y Financiera regional comentó: “La decisión de ambos gobiernos es empezar a trabajar para lograr una moneda común de ambos países y con invitación a otros países de la región, para encontrar un instrumento económico y comercial que habilite a profundizar el sistema de comercio entre ambos países y dentro de la región y el Mercosur”.

Una de las preguntas principales que surgen de esta propuesta es si esto representa una oportunidad o no para ambos países o solamente será beneficiado alguno de los miembros.

Según el informe de Intercambio Comercial Argentino del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) y citado por el diario La Nación de Argentina, en 2022 Argentina tuvo un déficit de balanza de pagos con Brasil de 3.365 millones de dólares, es decir, las importaciones ascendieron a ese monto más que las exportaciones. Además, tuvo una inflación del 94,8% en 2022 contra 5,9% de Brasil. Por otra parte, en los últimos diez años el dólar subió 67% frente al real (de 3,1 a 5,2), mientras que en Argentina el dólar aumentó 3.662% (de 4,9 a 184,36 pesos).

También existen fuertes diferencias en la políticas laborales, previsionales, comerciales, etc.

Por lo tanto, se podría decir que esta propuesta convendría más a Argentina y que sería un rescate de parte de Brasil con el fin de mejorar las relaciones políticas, económicas y comerciales, buscando cierta dependencia de Argentina hacia ese País.

Sin embargo, para Brasil, Argentina constituye el 7 por ciento de su comercio exterior, siendo el tercer mercado en importancia, después de China y los Estados Unidos, lo cual también le podría convenir la formación de una moneda en común y así lograr un tipo de liderazgo regional.

Puntos claves a definir

Si bien la propuesta está recién hecha y no fue publicado ningún tipo de procesos a seguir.

Algunos de los puntos clave que aún se deberían de estudiar son:

  •  Definir la autoridad que regulará la emisión monetaria y que garantice la integración y el crecimiento de los países.
  • Establecer reglas claras respecto al uso de la moneda
  •  A qué tipo de cambio se podría cotizar.
  • Buscar la convergencia en cuanto a políticas regionales que tengan la misma finalidad y que sea favorable para ambos países en cuanto a sus relaciones comerciales. Teniendo en cuenta que igual contando con un mercado en común como lo es el Mercosur, no se ha podido lograr ni siquiera la unión aduanera que podría haber significado una mayor competitividad de la región frente a otros mercados internacionales.

Teniendo en cuenta todo lo mencionado anteriormente, se podrían sacar algunas conclusiones: 

En primer lugar antes de lanzar una moneda en común habría que establecer bien los cimientos sobre los cuáles sería conveniente presentar esta propuesta, por ejemplo, buscar el fortalecimiento de zonas de libre comercio entre los países miembros e integrar comercialmente a la región, teniendo en cuenta el poco beneficio que el mercosur les brinda a los países que son parte de este mercado en común.

Uno de los grandes problemas que esto podría acarrear sería la pérdida de autonomía del banco central de los países que son parte, ya que pasarían a depender en cierta forma de lo que dicte el banco emisor de esta moneda y perderían fuerza los instrumentos monetarios con los que cuenta cada entidad bancaria de manera a establecer sus políticas monetarias.

Por lo tanto, se podría decir que esta propuesta aún tiene mucho por recorrer y cuestiones por aclarar, pero que, si se establecen reglas claras y que sean conveniente para todos podría ser una vía muy buena para fomentar la integración de los países y lograr una reducción de la dependencia económica de la región hacia EE.UU y el mundo, de manera a que los shocks externos cada vez tengan menos impacto en las economías de América Latina.

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