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30 de abril de 2025

Sandra Noguera: “Falta una política industrial que reconozca la importancia de consolidar la cadena de molienda»

La industria de molienda de oleaginosas ocupa un lugar importante en la economía nacional, siendo uno de los motores que impulsa la generación de empleo, divisas y valor agregado en la producción del campo. Sin embargo, este sector enfrenta importantes desafíos que amenazan su competitividad y sostenibilidad.

En este contexto, Sandra Noguera, gerente general de la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro), afirmó que la competitividad del sector depende de cinco ejes fundamentales. Entre ellos, la necesidad de un esquema de equiparación tributaria que permita la devolución del Impuesto al Valor Agregado (IVA) a los productos industrializados destinados a la exportación, una herramienta de la que actualmente carecen. 

«La industria aceitera necesita de un esquema de equiparación tributaria como la de otras industrias exportadoras, ya que actualmente somos el único rubro que no recibe la devolución del IVA por exportar productos industrializados», enfatizó. 

Asimismo, señaló la importancia de garantizar la sostenibilidad ambiental y social de la producción nacional, combatiendo el contrabando, mejorando la navegabilidad de la Hidrovía Paraguay-Paraná y adaptando el régimen de admisión temporaria para importar materias primas agrícolas. «Es imperativo que contemos con las mismas herramientas que tienen las industrias de otros países», afirmó.

LAS INVERSIONES

En cuanto a las inversiones, para Sandra Noguera, el panorama no es muy alentador, ya que durante la última década, el sector logró posicionarse como líder en saldo de inversión directa, alcanzando los USD 861 millones según el Banco Central del Paraguay. 

Sin embargo, la gerente general del gremio advirtió que los constantes cambios en las reglas de juego y la falta de previsibilidad son responsables de frenar nuevas inversiones. «La capacidad instalada de procesamiento, que llegó a 4,5 millones de toneladas, se redujo a 4,2 millones, con una capacidad ociosa del 40% en 2024», detalló. 

Esto representa una caída del 10% en el volumen de molienda respecto al año anterior, reflejando la necesidad urgente de aprovechar mejor la capacidad existente antes de considerar ampliaciones.

ACUERDO COMERCIAL

El acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea (UE) aparece como una oportunidad para mejorar el acceso a mercados internacionales. Según Noguera, este acuerdo podría abrir nuevas puertas para los productos agroindustriales paraguayos, especialmente en la UE, que es el principal importador mundial de harina de soja y un comprador relevante de aceite de soja y biocombustibles. 

No obstante, el acuerdo aún requiere la ratificación de los parlamentos de ambos bloques. «Esperamos que esta determinación fomente una mayor interacción comercial y permita aprovechar todo el potencial de nuestro sector», expresó.

Un desafío adicional para el sector es el cumplimiento del reglamento Nº 1115 de la UE, que exigirá que los productos de soja estén libres de deforestación y cumplan con estrictas normativas de trazabilidad. 

Aunque la implementación de esta norma fue postergada hasta 2026, Sandra Noguera subrayó la importancia de seguir trabajando en la sostenibilidad y trazabilidad de la cadena de valor de la soja. «Debemos demostrar las buenas prácticas y la sostenibilidad que caracterizan a nuestra producción agrícola y agroindustrial», afirmó.

Para mitigar los riesgos que enfrenta la industria, remarcó la necesidad de políticas públicas que promuevan la competitividad del sector. Estas políticas deben incluir incentivos que favorezcan la industrialización local, permitiendo que el país aproveche al máximo el potencial de su cadena de valor agrícola. 

«Paraguay tiene todo para convertirse en un proveedor de alimentos de clase mundial. Solo falta una política industrial que reconozca la importancia de consolidar la industria de molienda», señaló.

En este contexto, el desarrollo de un plan maestro para la Hidrovía Paraguay-Paraná se presenta como una prioridad. A la opinión de la gerente general de Cappro, este plan debe incluir dragado, mantenimiento de canales, balizamiento y tecnologías de facilitación de procesos, y debe convertirse en una política de Estado. 

«Hasta ahora, las soluciones fueron medidas de contingencia. Necesitamos un enfoque integral que garantice la navegabilidad a largo plazo», afirmó. Al mismo tiempo, desde la Cappro aseguran que existe la predisposición de colaborar con el gobierno y otros sectores para llevar adelante este proyecto estratégico.

OTROS SECTORES DE IMPACTO

La importancia de la industria de oleaginosas trasciende el ámbito económico, ya que su fortalecimiento podría impulsar otros sectores vinculados, como las industrias avícola, porcina y de biocombustibles. 

Finalmente, Sandra Noguera consideró que el gobierno tiene un rol crucial en la promoción de esta cadena de valor y, «Solo con políticas claras y consistentes podremos generar más empleo formal y de calidad, mayores ingresos de divisas y un crecimiento sostenido para el país», concluyó.