ANÁLISIS
La suba de precios en la canasta básica familiar fue una de las principales preocupaciones que se instalaron tanto en nuestra economía como alrededor del mundo, con el proceso de recuperación tras los efectos de la pandemia.
Tal es así que el Banco Central del Paraguay (BCP) inició un proceso de acelerada reversión de los estímulos que había generado para contener el impacto de la emergencia sanitaria, medida que también se está implementando en varios otros países.
Sin embargo, el panorama sigue cambiando de una manera difícil de predecir y tras haber alcanzado los niveles más elevados de la década, la inflación en Paraguay retrocedió levemente en noviembre. Este resultado arroja señales de alivio desde el comportamiento y las expectativas que rodean a los productos que más vienen presionando a los precios: la carne y los combustibles.
El BCP calculó en noviembre una inflación interanual (comparada con el mismo mes del año anterior) de 7,4%, que retrocedió desde el 7,6% que se había registrado en octubre. La variación de precios respecto al mes previo, a su vez, fue de 0,5%, un ritmo bastante inferior al aumento de 1,6% que se observó un mes atrás; y el acumulado del año se ubicó así en 6,8%
Al observar las agrupaciones, los alimentos siguen liderando el incremento de precios, con subas que llegan hasta a 15,3% interanual cuando se excluye a frutas y verduras. En este punto, la carne vacuna volvió a figurar entre los productos que más impulsaron el alza de precios, según explicó Gustavo Cohener, director de Estadísticas del Sector Real del BCP.
“Conforme a agentes del sector, esto sigue siendo explicado por el dinamismo de las exportaciones, más allá de las reducciones que se vienen dando, tanto en valores como en volumen en términos acumulados, hay un crecimiento importante de las exportaciones, los precios internacionales siguen altos”, detalló Cohener, sobre los factores que inciden en los precios de la proteína roja.
Agregó que el incremento de los costos en la alimentación del ganado, así como en logística y transporte, se suma al menor faenamiento que se viene registrando en comparación con los meses previos para colaborar con el mencionado encarecimiento de la carne.
No obstante, la variación mensual del precio de la carne vacuna fue de 1,5% en noviembre, mientras que en septiembre último fue de 4,5%. A su vez, cortes como bola de lomo, carnaza de segunda, carnaza blanca, paleta y puchero de segunda tuvieron las primeras reducciones mensuales de precios prácticamente por primera vez en el año.
El economista jefe del BCP, Miguel Mora, consideró que las presiones a la baja sobre los precios de la carne pueden continuar, atendiendo a la mayor competencia que está ejerciendo Brasil en los mercados de exportación.
Por su parte, Cohener advirtió que las carnes sustitutas -cerdo, ave y embutidos- también están aumentando en sus precios, en niveles de 28,8% y 34,1% interanual; al igual que las harinas, los panificados y los lácteos, cuyos incrementos en 12 meses se encuentran en torno a 9,4% y 11,6%.
En cuanto a los combustibles, nuevamente se ubicaron como el segundo rubro que más aportó a la inflación en noviembre -solo después de los alimentos-, para anotar un encarecimiento de 34,6% respecto a los precios de hace un año. Aquí se dieron incrementos residuales, tras el último ajuste que se efectuó en octubre, específicamente en gasoil y gas, agregó el profesional.
Los precios del petróleo tuvieron una leve baja en noviembre, a USD 81,5 y USD 79,3 el barril en las modalidades Brent y WTI, respecto al mes anterior; pero todavía muestran precios muy elevados en el histórico.
Desde el Gobierno se anunció una reducción temporal de los precios de combustibles en los servicios de Petropar, lo que se suma a las expectativas en el entorno externo para esperar un mejor panorama con este producto, a criterio de Miguel Mora.
“En la medida que los precios del petróleo puedan seguir bajando, ya sea porque aumentan los niveles de producción incluso por parte de productores fuera de la OPEP, esta reducción de precios que se anuncia podría mantenerse”, aseveró.
La OPEP+ (Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados) decidieron este jueves continuar con el plan de aumentar la oferta de crudo en 400.000 barriles más por día, según informó la prensa internacional. Esta iniciativa se había puesto en duda debido al nerviosismo que instauró la aparición de la variante Ómicron del coronavirus y deberá volver a tratarse en la sesión del 4 de enero próximo.
Finalmente, los servicios y renta continúan con un lento dinamismo en sus precios a nivel local, con una suba promedio de 2% en el acumulado hasta noviembre -en la base del rango de 2% a 6% en que el BCP deja fluctuar a la inflación-.
Dificultades para tomar decisiones
Con estos elementos, el economista jefe del BCP reconoció que la toma de decisiones sobre los ajustes a la tasa de interés de referencia se está convirtiendo en todo un desafío, pues los cambios bruscos en los componentes de la economía generan incertidumbre.
“La idea hacia finales del año es tratar de llegar hacia un nivel neutral. Evidentemente, hacia adelante todo está condicionado a lo que podamos ver respecto a cuál va a ser la evolución de la inflación en los próximos meses. Vemos que hay mucha incertidumbre, hay cambios que se producen muy rápidamente, por ejemplo la variación de precios que estamos viendo en noviembre, que es bastante menor a lo que era el patrón de inflación en los meses anteriores”, recalcó el economista.
“Vamos a ver hacia adelante cómo esto se va consolidando: si implica menores tasas de inflación, eso nos va a dar algún tipo de escenario distinto para inicios del 2022, pero tampoco olvidemos que la inflación en Estados Unidos está subiendo, hay que ver qué pasa en el contexto externo”, añadió.
La banca matriz decidió recientemente acelerar el ritmo de incremento de la tasa de política monetaria y en noviembre ya regresó al nivel de 4% en que se encontraba antes de la pandemia, luego de que permaneciera durante un año en el nivel históricamente bajo de 0,75%.
Cuando la inflación sube, el Banco Central opta por elevar su tasa de interés con el fin de generar una mayor atracción de recursos desde las entidades bancarias hacia sus instrumentos de regulación monetaria. De esta manera, las tasas de interés de créditos para el público también suben y se desalienta la demanda, con una menor presión principalmente sobre los precios de servicios.