El Banco Central del Paraguay (BCP) actualizó su proyección de inflación para el 2022, de un 4,5% a 8,2%, lo que afirma que en lo que resta del 2022, los altos precios continuarán en nuestro país.
No obstante, la banca matriz adelantó que el próximo año se iniciará un proceso de convergencia hacía el rango meta del 4%. Específicamente, el BCP calcula que en el 2023 la inflación estará en 4,2%; es decir, aún por encima del rango meta y recién en el primer trimestre del 2024 se retornaría a la tasa normal.
Sobre este punto, las autoridades del Banco Central enfatizaron en que la inflación permanecería en niveles elevados durante el segundo trimestre de este año y que recién en el tercer trimestre se prevé una moderación. Cabe recordar que la inflación interanual a marzo se ubicó en 10,1%, porcentaje no visto desde hace más de 10 años.
El titular de la banca matriz, José Cantero, sostuvo que la economía local está atravesando por un contexto muy particular y puntual, caracterizado por varios choques que confluyen y que se amplifican a la vez.
“Tenemos una situación del COVID-19 que si bien se está revirtiendo, el confinamiento de China también tiene su impacto en los precios, y la confrontación bélica entre Rusia y Ucrania que ha agravado este escenario de precios”, indicó.
En este punto resaltó que, la inflación que se tiene provienen de estos choques mencionados y que se suman a un contexto de sequía que inició a mediados de diciembre hasta el mes de febrero, que configuraron el escenario actual.
“Lo que podríamos decir es que nuestra economía está siendo impactado por estos choques exógenos; importamos estos precios y a la vez la producción en gran medida depende de la condición climática, de la capacidad de lluvias y eso ha tenido un impacto que también se extendió a través de todos los sectores y creemos que va a impactar al sector de producción de energía”, explicó.
Además, el titular de la banca matriz enfatizó que ante este escenario continuarán cumpliendo con el objetivo de tratar de frenar la inflación, como ya lo vienen realizando, tratando de evitar los efectos de segunda vuelta.
Cantero insistió en que en cada reunión analizan cuál es la mejor posición de la tasa de política monetaria, principalmente en atención al primer objetivo del BCP que es la estabilidad de los precios.
“Hay mucha incertidumbre, la información y los acontecimientos son bastante cambiantes, es decir, en cada reunión vamos a estar tomando la decisión de cuál es el mejor nivel para primero asegurar nuestro objetivo institucional y en base a eso tomar las decisiones. En la medida que nosotros veamos que la inflación persista, nosotros también vamos a persistir en nuestro objetivo de política”, insistió .
Fases de los aumentos de TPM
El presidente del BCP puntualizó que las decisiones de políticas monetarias que tomaron tiene varias fases; la primera fue cuando surgió el COVID-19, en donde el BCP fue acomodando la política monetaria, reduciendo la tasa desde un nivel de 4%, a 0,75%, “fue la reducción más rápida y más fuerte de toda nuestra historia y más importante en la región”, afirmó.
Además, recordó que la segunda fase comenzó en agosto del año pasado con una normalización de la Tasa de Política Monetaria (TPM) bajo el entendimiento de que la inflación que se observaba era transitoria, ya se debía a choques externos y se transitaba por una recuperación económica, con una estimación de importante crecimiento.
Igualmente, Cantero indicó, que la TPM se fue normalizando a niveles ya compatibles con el 4% pero que hacía finales de año la percepción y también la expectativa de inflación se encontraba ya por encima y escalando razón por la cual la banca matriz prosiguió con la medida de ajustes.
Proyección de crecimiento económico
Por otra parte, el Banco Central también revisó a la baja su proyección de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 3,7% a 0,2%, explicado principalmente por el impacto de la sequía sobre la agricultura y sectores vinculados.
Además, el shock generado por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania también tuvo una incidencia en la proyección, ya que la guerra entre esos dos países está causando cuellos de botella que retrasan las operaciones comerciales y limitan la cadena de suministros en las etapas de producción.
En esta misma línea, el economista jefe del BCP, Miguel Mora sostuvo que la corrección del PIB también es una consecuencia del choque climático que ha reducido en forma importante las perspectivas para el sector agrícola.
“Pero que probablemente esto pueda tener un cambio bastante importante en el segundo semestre, principalmente de acuerdo a lo que serían las proyecciones de crecimiento conforme a la campaña agrícola 2022-2023”, afirmó.
Por último, Mora expresó que así como vamos a tener una reducción de actividad económica muy rápidamente en el segundo semestre podríamos tener una recuperación de cumplirse los pronósticos que se tienen respecto a la agricultura para el segundo semestre.