El pasado 25 de noviembre, el Sistema de Pagos del Paraguay (SIPAP), desarrollado por el Banco Central del Paraguay (BCP), cumplió diez años desde el inicio de sus operaciones. A lo largo de esta década, la herramienta ha colaborado de manera continua con la digitalización de los procesos de pago en nuestro país, y los resultados están a la vista.
Según datos publicados por la banca matriz, los pagos realizados a través del SIPAP han crecido en forma exponencial en los últimos años, pasando de USD 16.675 millones en 2014 a USD 104.619 millones estimados para el cierre de 2023, equivalentes al 236% del PIB. Estas cifras estuvieron fuertemente impulsadas por la habilitación del Sistema de Pagos Instantáneos (SPI), para transferencias.
“Un punto de inflexión para Paraguay en lo que respecta a la forma de realizar pagos. En poco más de un año, la cantidad de operaciones diarias hasta G. 5 millones se duplicó, pasando de un promedio de 113.490 en abril 2022 a 261.652 en octubre 2023, solamente a través de este módulo”, apunta un comunicado del BCP en referencia al SPI.
Además, según el comunicado del BCP, el lanzamiento del SPI tuvo su efecto en las extracciones de efectivo, donde se observó cierta desaceleración, e inclusive, en agosto pasado, las transferencias minoristas superaron el monto de extracciones en cajeros automáticos, hecho sin precedentes para una alternativa de pago digital y aquellos que no logren adaptarse, van a quedar rezagados con respecto al mercado.
Un estudio publicado recientemente por la consulta local Mentu, apunta que la productividad del sistema bancario sigue creciendo, impulsada por la digitalización de los procesos. En su boletín “Pulso Financiero”, realizaban el cálculo de la productividad al cierre de septiembre de este año, reflejada en el volumen de negocios (carteras de crédito y depósitos sumadas), dividido por el número de empleados en el sistema bancario.
“La digitalización de los procesos en el sector financiero, así como la relativa mayor cantidad de de los corresponsales no bancarios y otros servicios que reducen costos de contratación, inciden en el resultado de la productividad y explicarían el lento ritmo de la recuperación en el nivel de personal previo a la pandemia”, apuntaba el documento publicado por la consultora.
Haciendo un cálculo similar al realizado por Mentu, pero sobre años anteriores, podemos ver que la productividad del sistema financiero se ha elevado sustancialmente en los últimos años, sin reducir las nóminas de empleados, que ha permanecido más o menos igual en la última década: sin crecer mucho, pero manteniendo la cantidad de puestos de trabajo.
Según datos históricos del Banco Central, la cartera de créditos en el sistema bancario local tenía un volumen de G. 44 billones en el año 2013, cifra que aumentó a G. 82 billones en el 2018 y que actualmente se encuentra en el orden de los G. 136 billones. Así, se puede notar que esta cartera ha triplicado su tamaño en la última década.
En proporciones similares ha crecido la cartera de depósitos en la última década, que ha pasado de G. 51 billones en el 2013 a G. 144 billones al cierre de octubre de este año. De esta manera, vemos que el negocio de la intermediación financiera ha crecido continuamente en volumen, pero que la cantidad de empleados no ha aumentado en las mismas proporciones, pero tampoco ha disminuído.
En octubre del año 2013, la cantidad de empleados en el sistema bancario era de 9.212 personas, según el registro histórico del Banco Central del Paraguay. Esa cifra había subido a 10.108 en el año 2018 y actualmente es de 10.036, prácticamente igual, a pesar de que el negocio ha crecido sustancialmente más en la última década para este sector.
Así, tenemos que la productividad del sistema bancario, entendida con el cálculo de Mentu como la suma de las carteras dividida por la cantidad de empleados (que replicamos en MarketData para años anteriores), era de G. 10.393 millones en el 2013 y para el 2018 había pasado a G. 16.941 millones. Actualmente, esta productividad es de G. 27.992 millones, según datos procesados del BCP a octubre.
José Hoppe, exejecutivo bancario y actual asesor independiente de negocios, conversó sobre este proceso con MarketData. El experto, señaló que todo esto ha generado más facilidades en cuanto a la trazabilidad del dinero y, en general, a los procesos en el sistema financiero.
“Vemos un proceso muy eficiente, no solamente para las personas físicas, sino también para las personas jurídicas. Inclusive, los negocios aprovechan este proceso de SIPAP como un beneficio al momento de otorgarles a sus clientes la posibilidad de hacer las compras o transaccionar. Como personas físicas, encontramos una oportunidad gigante en el funcionamiento 24/7”.
José Hoppe, asesor independiente de negocios.
Además, consideró que con la apuesta al SIPAP y al SPI, los bancos encontraron procesos de eficiencia que han hecho mejorar la reasignación de tareas en un buen sentido, ya que los empleados ahora tienen otro tipo de trabajos y el resultado ha sido positivo. Añadió que esto no solo beneficia a los bancos, sino en general a las personas y empresas que operan en el sistema financiero local.
“Es lo natural del proceso por la exigencia de los clientes y del mercado. Anivel internacional, esto tiene una transformación muy amplia. La transformación digital viene acompañada de la exigencia del cliente, nosotros estamos marchando muy rápido y la digitalización de todo el proceso bancario es la apuesta segura, y eso va a generar un mayor beneficios todos”, comentó.