Por: Mia Quintana, Espacio Económico.
El mundo financiero es un círculo. Un eterno círculo de flujos, cuentas e ingresos que, en la actualidad, se diversifica cada vez más en las inversiones extranjeras para tener un punto de análisis clave en el crecimiento de una economía.
Para comprender los cimientos de la inversión, empezamos por los instrumentos de renta variable:
Los instrumentos de renta variable son aquellos cuya rentabilidad depende de factores múltiples. Estos instrumentos, son necesarios para abrirse paso en el sector de la inversión, el cual, no conoce límites de capital o de personas físicas o jurídicas.
Cuando uno invierte en una estrategia de renta variable, normalmente compra acciones de una compañía y se convierte en accionista. Sin embargo, esto implica una sutil complejidad, partiendo claro, del propio “accionista”.
La creciente demanda de activos que no se negocian en la bolsa pública impulsa el asentamiento hegemónico de gigantes corporaciones que comparten raíces con las montañas. Incrustadas en el cemento de la tierra, silenciosas y tan, pero tan enormes, que son invisibles a los ojos.
Ver una montaña por primera vez conlleva asombro, intriga. Es lo mismo con un imperio largoplacista. Vanguard y BlackRock son dos de las firmas de inversión más grandes del mundo.
BlackRock fue la primera gestora de fondos. Nació en Nueva York a finales de los ochenta. Sus principales atractivos desde entonces son la oferta de productos de inversión pasiva y minimización de riesgo.
La inversión pasiva -enfoque en el cual el dueño compra y mantiene activos durante un largo periodo de tiempo- se hace a través de los productos ETF’s (Exchange Traded Funds), que vendrían a ser los conocidos fondos cotizados.
Los ETF’s replican la composición de un índice bursátil X para imitar su evolución. En conjunto con otras técnicas de mercado, BlackRock logró crecer más que cualquier otra empresa.
Este mismo año anunciaron en su propia página que cerraron el primer trimestre del 2024 con un récord de USD 10,5 billones y consolidado la compra de GIP (Global Infrastructure Partners) que hasta entonces, había sido uno de los principales gestores independientes de infraestructura, para crear una plataforma de inversión privada.
Su principal competencia es Vanguard (The Vanguard Group) que hace poco más de lo mismo con los ETF’s, aunque con un enfoque distinto. Mientras el modelo de negocios de BlackRock se destaca por sus estrategias, Vanguard desarrolló prácticas de inversiones relacionadas a la disminución de costos en tales productos en el mercado de bolsa. Un logro llamativo y no menos importante.
El poderío económico e influencia de ambos son tales que hay sectores que temen incluso que este tipo de corporaciones lleguen a inmiscuirse en la política de los países, como fue el caso del gobierno español que contó con la asesoría de BlackRock para crear la Sareb (una empresa que se dedica a liquidar activos deteriorados, como préstamos e inmuebles).
¿QUÉ MÁS SABEMOS?
La información disponible en redes está limitada a dar a conocer su perfil empresarial, sus principales proyectos, el negocio que ven en los planes de jubilación y ahorro de las personas.
También hay artículos que los describen en una situación comparativa de ventajas y desventajas mutuas. Obviamente, la faceta visible es demasiado transparente. Estudiosos de geopolítica y planificación y conducción estratégica nacional del Paraguay tienen su propio criterio dentro de su especializada formación económica.
No es nada nuevo que grandes empresas y conocidas multinacionales cuenten con accionistas. Revisando las documentaciones en las que figuran los principales inversionistas de cada compañía, sea esta cualquiera, Amazon, Apple, McDonald’s, Disney, marcas de ropa, industrias alimenticias, de transporte, energía e infraestructura, hasta grandes corporaciones de comunicación -BlackRock es propietaria del 90% de los medios de comunicación a nivel mundial- y empresas que se dedican a la financiación de construcción de armas, como American Outdoor Brands, matriz de Smith & Wesson o la que fuese, aparecen dos nombres ya citados: Vanguard y BlackRock.
Y la cantidad de acciones de las que son dueños en dichas empresas o de capital que les prestan no es pequeña.
Ante estas primacías, BlackRock y Vanguard se comportan como arañas; tienen una extensión de redes y contactos que sobrepasan límites imaginativos. Tal vez son los principales ejecutores de los hilos globalistas.
Sus detractores e investigadores muestran cierta oposición a sus avances por considerarlos faltas a la soberanía de las naciones, “un peligro potencial” que cada año controla un capital mayor al anterior; pero ¿qué se podría hacer? Son el matiz por el cual transcurre la economía mundial.
¿PARAGUAY ESTÁ LIBRE DE ESTOS GRANDES?
Paraguay no es considerado -en pleno 2024- un destino de inversiones. El país en sí tiene mucho que ofrecer; energía limpia, ríos caudalosos, tierra, mano de obra y una población que sigue manteniendo un índice normal de crecimiento. El problema es la falta de planes para atraer y retener el capital extranjero brindando garantías legales y facilidades logísticas.
De igual manera, sería una ingenuidad suponer que alguna parte de este planeta les resulte indiferente. Sus capitales están presentes en la ropa que usamos, las empresas que conocemos, la comida que ingerimos y los medios por los que nos comunicamos.
Por ende, debemos estudiar y ampliar el campo investigativo nacional en áreas de bolsa e inversión, por el bien mismo del devenir financiero paraguayo y de la población. A este paso, sería complicado llegar a la punta del Everest. Los verdaderos dueños de la bolsa.
Y deberíamos saberlo, las montañas deben ser observadas con detenimiento, no solo por curiosidad, no vaya a ser que esta resulte ser un volcán.
Fuentes:
ActionsPills, “BlackRock, la empresa que controla el mundo”.
Jimenez, Miguel. “Récord de BlackRock”. Art. Washington – 12 ABR 2024 – 15:18 CEST.
MÁS DE XAXÀS, Xavier. “Por qué BlackRock domina el presente y el futuro del mundo”. La Vanguardia, Art.