En comparación con el tercer trimestre del año pasado, la población ocupada en actividades no agropecuarias aumentó en 56.254 personas, de las cuales 52.461 son ocupados formales (asalariados que cotizan a algún sistema de jubilación en su ocupación principal o independientes que cuentan con RUC por la actividad económica declarada como principal).
No obstante, se observó una disminución de los ocupados informales no agropecuarios, en 4.680 personas.
Entre el segundo trimestre y el tercer trimestre de este año, se observó también variación positiva en alrededor de 53.767 ocupados no agropecuarios, principalmente por el aumento de los ocupados formales no agropecuarios.
La mayor diferencia de ocupados informales se registró en la zona rural, donde 38.682 personas se sumaron a la lista entre el segundo y tercer trimestre de este año. En lo que va del año, un total de 514.721 personas del área rural se encuentran dentro de la categoría de ocupados informales no agropecuarios.
Mientras que en la zona urbana se observó una disminución de los ocupados informales, pasando de 1.302.898 en el segundo trimestre a 1.274.439 en total al cierre del tercer trimestre del año, una diferencia de 28.459 personas. Con respecto al año anterior también hay una reducción de informales, ya que al tercer trimestre del 2021 había 1.289.446 en total, es decir, una diferencia de 15.007 personas en relación con este año.
La fuerza de trabajo también cayó
La tasa de la fuerza de trabajo (personas de 15 años o más remuneradas al menos por una hora) en el tercer trimestre de 2022 a nivel nacional fue de 70,8% (3.756.114 personas), que comparado con el mismo periodo del año 2021 (71,4%), tuvo una disminución de 0,6%.
Por área de residencia, se observó que las disminuciones se registraron en áreas urbanas y rurales, producto de la disminución en la tasa de la fuerza de trabajo de los hombres. Respecto al segundo trimestre de este año, se vio una diferencia positiva de 0,6%, ya que la tasa de la fuerza de trabajo pasó de 70,2% a 70,8% y en términos absolutos, significó un aumento en alrededor de 47.965 personas.
De acuerdo con el INE, la diferencia positiva es producto de lo que ocurrió en áreas rurales del país, donde la tasa de la fuerza de trabajo aumentó de 69% a 70,9%.
Disminuyeron los desocupados
Durante el penúltimo trimestre del año, las personas clasificadas como desocupadas fueron
alrededor de 238.352 en total, de las cuales, 116.516 fueron hombres (49%) y 121.836 mujeres (51%). En relación al mismo periodo del año 2021, hubo una disminución en la tasa de desocupación que pasó de 6,5% a 6,3%. En términos absolutos, la disminución fue de alrededor de 4.554 personas.
Por área de residencia, se constató que entre el penúltimo trimestre del 2021 y el de este año, la tasa de desocupación disminuyó en áreas urbanas en 1,1 puntos porcentuales, ya que pasó de 7,9% a 6,8%, como resultado de la disminución de la tasa de desocupación femenina; mientras que en áreas rurales, la tasa registró un aumento de 1,4 puntos porcentuales, al pasar de 4% a 5,4%.
Entre el segundo trimestre y el tercer trimestre de este año se registró una leve disminución de 0,4%, de 6,7% pasó a 6,3%. Por área de residencia, se observó el mismo comportamiento que a nivel nacional. “La desocupación, bajo los criterios de medición mencionados, afectó en mayor medida a residentes del área urbana, donde se registraron alrededor de 167.792 personas desocupadas, es decir, de cada 10 desocupados, 7 corresponden al área urbana”, reza el informe.
Finalmente, cabe mencionar que la cantidad de ocupados en el tercer trimestre de este año fue alrededor de 3.517.762 personas, de las cuales cerca del 58% son hombres (2.037.304) y el 42% son mujeres (1.480.458).
“Urge reducir o erradicar la desigualdad”
Para Patricia Dos Santos, directora y propietaria de la empresa Jobs SRL, la desigualdad en la participación laboral y la brecha salarial existente entre hombres y mujeres, representa una de las principales fuentes de inequidad en el mundo y Paraguay no es la excepción. “Para cambiar esta realidad es necesaria la implementación de políticas, que permitan a la mujer no solo acceder a un empleo digno y bien remunerado, sino también a desplegar todas sus capacidades en puestos jerárquicos”, indicó.
De acuerdo con Dos Santos, son varios los factores que orillan a las mujeres, en un momento dado, a quedarse rezagadas en el tránsito profesional, como barreras sociales y mentales que hacen que no se visualice a la mujer como un recurso valioso.
Así también, el mismo tiempo en que la mujer y el hombre deberían desarrollar sus carreras, profesionales, empresariales u organizacionales, coincide a la par con el tiempo de crianza de las familias, pues en la sociedad actual todavía se le atribuye a la mujer roles de cuidado que terminan limitando su capacidad de continuar estudiando.
“Otro fenómeno que también incide, y mucho, es que nuestro país sigue careciendo de un sistema de transporte público de alta velocidad, ocasionando que las mujeres se vean relegadas de poder trasladarse de lugares relativamente remotos hasta sus puestos de trabajo, lo que muchas veces las obliga a descartar la opción laboral, al no existir políticas de cuidado”, comentó.