Refinanciar el servicio anual de la deuda y abrirse al capital privado para la generación de energía son dos alternativas que maneja la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) para alcanzar los USD 6.500 millones de inversión que necesita el sistema eléctrico paraguayo para el año 2030, según Félix Sosa, presidente del ente estatal.
Sosa señaló en una entrevista con Desarrollo en Democracia (DENDE) que el sector energético es clave para el desarrollo del país, tanto en materia económica como social.
De acuerdo a estudios de la ANDE, para el 2030 la demanda de energía alcanzará la capacidad que el país tiene disponible en Itaipú, Yacyretá y Acaray. Sumando las tres fuentes, Paraguay cuenta actualmente con 8.870 megavatios de potencia disponibles.
Sin embargo, con un crecimiento vegetativo anual del 6,5%, se estima que la demanda al 2040 alcanzará 12.878 megavatios, por lo que resulta urgente empezar a invertir en nuevas fuentes de generación para cubrir esos 4.118 megavatios adicionales.
Para este efecto, mencionó que una de las posibilidades que maneja el Gobierno en materia de generación es la incorporación de capital privado, principalmente para la instalación de centrales fotovoltaicas y de pequeñas centrales hidroeléctricas en ríos internos del país.
Estas inversiones serían posibles a través la Ley 6.977/22, que está en proceso de reglamentación, la cual incorpora la figura del cogenerador, como el caso de la empresa Paracel, que dentro de su proceso industrial va a generar energía eléctrica y le puede vender a la ANDE, explicó, al tiempo de aclarar que la transmisión y distribución seguirán estando exclusivamente a cargo del ente estatal.
Adicionalmente, Sosa comentó que el presidente Santiago Peña encabezará la negociación, a través de la Cancillería, para lograr un acuerdo que permita la construcción de más centrales hidroeléctricas binacionales con Argentina, que podrían ser las de Corpus e Itatí-Itá Corá.
Transmisión y distribución
El plan de la ANDE, contempla una necesidad de inversión en el sistema eléctrico de USD 6.500 millones, tanto en transmisión como en distribución y generación. A este último se plantea destinar USD 1.100 millones, quedando los montos más significativos para el resto de los sectores. A transmisión y distribución, la institución destinó en el 2022 unos USD 333 millones, sin embargo, la necesidad anual ronda los USD 600 millones, según Sosa.
En esta línea, el titular de la estatal recordó que la última vez que se actualizó la tarifa del servicio eléctrico fue en el año 2017, pero a pesar de ello, la ANDE siguió invirtiendo para mejorar el sistema, para ello había recurrido a préstamos que hoy ascienden a USD 1.300 millones en total, siendo el servicio anual de la deuda de USD 150 millones.
Además adelantó que se prevé en el corto plazo que se inicien las negociaciones con el Ministerio de Economía y Finanzas para refinanciar el pasivo y llevarlo a más largo plazo, de manera a disminuir los compromisos anuales de pago, argumentó. Al respecto, refirió que la idea del presidente de la República es que la ANDE sea sostenible financieramente en el tiempo, y que no dependa exclusivamente de la deuda soberana (avalada por el Estado), sino que pueda emitir su propia deuda.
Redes para usar la energía disponible
La cobertura del servicio eléctrico en el país llega actualmente al 99% y la meta del nuevo Gobierno es llegar al 100% del territorio nacional, según el titular de la ANDE.
Para ello, puntualizó que con una cooperación técnica no reembolsable del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se han identificado los lugares donde la ANDE aún no llega, que son principalmente en el Chaco y en la zona norte de la Región Oriental. La alternativa para energizar las zonas alejadas sería la construcción de centrales fotovoltaicas, a fin de evitar la construcción de líneas muy extensas, indicó.
En lo que respecta a las redes de suministro hidroeléctrico, nuestro país tiene dos líneas de 500 kV: una que viene desde Itaipú hasta Villa Hayes y otra, desde Yacyretá hasta Villa Hayes. Recientemente entraron en operación dos líneas más de 500 kV desde Itaipú hasta Yguazú, que sumadas a otras líneas de 220 kV, hoy es viable técnicamente sacar toda la potencia que nos corresponde en la central hidroeléctrica paraguayo-brasileña, apuntó Sosa.
Tecnología para agilizar reposición del servicio y reducir pérdidas
El titular de la ANDE indicó que otro de los objetivos en este periodo de Gobierno es la digitalización del 100% del sistema de distribución, que permitirá la incorporación de medidores inteligentes, al tiempo de incrementar la cantidad de llaves telecomandadas.
Mencionó que actualmente se cuenta con 1.400 llaves telecomandadas en las redes, las cuales permitieron reducir la duración de los cortes de energía. Estos dispositivos permiten visualizar desde un centro de control los fuera de servicio, para la reconexión de las líneas a distancia o para separar las zonas de averías, siendo la meta es llegar a 5.000 llaves telecomandadas, para así agilizar la reposición del servicio y la identificación de los problemas en el servicio, informó.
En lo que respecta a los medidores inteligentes, Sosa reveló que el objetivo es llegar a 350.000 clientes, que representan el 20% del total de clientes de la ANDE (1.700.000), pero significan el 80% de la facturación de la empresa. Actualmente, a través de un plan piloto están instalados 5.000 medidores inteligentes en un barrio de Asunción, que ya están dando buenos resultados y que permitirán a los clientes transparentar su consumo, y al ente eléctrico reducir las pérdidas comerciales, que actualmente ronda el 8%, señaló.
El costo de adquisición de estos 350.000 medidores inteligentes asciende a aproximadamente USD 80 millones, que se estima recuperar con la reducción de las pérdidas comerciales de energía. Es decir, por menor robo de energía, por mejor facturación o por mejor medición se estima un ingreso anual de USD 60 millones, detalló.
A la espera de la definición del Anexo C
Un aspecto que también entra a jugar en la sostenibilidad financiera de la ANDE es la revisión del Anexo C del Tratado de Itaipú.
“Acá hay muchas cosas todavía que definir, hay un nuevo escenario, se pagaron todas las deudas de la Itaipú Binacional, no sabemos todavía cuál va a ser el resultado de la revisión del Anexo C”. señaló Sosa.
Por su parte, el presidente de DENDE Alberto Acosta Garbarino explicó que el sistema eléctrico que tiene tres partes: la primera parte es la generación de energía, la segunda parte es la transmisión de esa energía hacia los centros de consumo, y la tercera parte es la distribución de esa energía a los hogares y a las empresas.
En materia de generación, Paraguay tiene hoy las mismas fuentes de energía que tenía hace más de 50 años, según el analista. “Recordemos que hoy tenemos tres grandes fuentes: Itaipú la más importante, que es casi el 80 % de la energía que Paraguay dispone; Yacyretá es la segunda, que es casi el el 19 %; y hay una tercera muy pequeñita que es Acaray, que es el 2 %.”, precisó.
Acosta explicó que estas tres fuentes de energía son inversiones que se hicieron en la década del 60 y del 70, y que desde ese momento Paraguay nunca invirtió en aumentar su capacidad de generación, debido a que tampoco había mucha necesidad porque esa generación tan grande, sobre todo de Itaipú y Yacyretá, que superaban con creces el consumo paraguayo.
Sin embargo, Acosta explicó que el factor que generó el estancamiento fue que la economía paraguaya del 1980 hasta el 2000, prácticamente no creció, entonces tampoco hubo un aumento de la demanda, ni de la oferta.
Posteriormente se dio el cambio de manera gradual a partir del 2000, 2003 específicamente con el boom de los commodities, la economía de Paraguay comienza a crecer y la demanda de energía también, con lo cual, según los propios estudios de la ANDE para el 2030, la capacidad que tiene la estatal no abastecerá el consumo de la población.
Por lo que considera que Paraguay necesita invertir fuertemente en nuevas fuentes de energía, pudiendo ser las opciones, la energía solar, energía eólica, más hidroeléctricas, sobre todo en ríos internos del país, sin embargo, todo eso requiere mucha inversión y requiere hacerlo ya, porque lleva tiempo.
“Paraguay tiene un problema que viene arrastrando desde hace mucho tiempo, Paraguay no ha invertido su sistema eléctrico prácticamente desde la década del 90. En los 90, recuerdo, vino el famoso consenso de Washington y se cortaron todos los créditos de las multilaterales para obras de infraestructura y para este tipo de empresas públicas, la ANDE se quedó sin financiamiento en gran parte de la década del 90”, recordó.
Según el titular de Dende, Paraguay va a tener que invertir mucho en los próximos años y ahí va a requerir mucha inteligencia y mucha coordinación pública y privada. La necesidad de inversión es tan grande que el Estado paraguayo solo no va a poder hacerlo. Encima para más, la ANDE tiene un problema financiero importante, la ANDE tiene una tarifa que fue congelada por casi 17 años y es una tarifa política, no es una tarifa que cubre los costos y le genera margen para poder mantener su operación y para poder invertir.