De acuerdo con el Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe de 2022, realizada por Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), para 2023 se espera que la desaceleración continúe y se profundice, por lo que se prevé que la tasa de crecimiento del PIB será significativamente menor a la de 2022 en la región. Así, se espera que América Latina y el Caribe en promedio crezca sólo en 1,3%.
Pese a todo esto, Paraguay tendrá un crecimiento de un 4%, según Cepal, lo que nos coloca entre los países con mayor crecimiento en la región de América Latina, junto a Venezuela (5%), Uruguay (2,9%) y Bolivia (2,9%), siendo superado únicamente por países del Caribe que tendrán un crecimiento promedio de 7,6%.
Cabe destacar que el margen de crecimiento estimado por Cepal se encuentra por debajo del previsto por el Ministerio de Hacienda, que estima para el 2023 un crecimiento económico del 4,5%, luego de este año marcado por los desafíos a nivel interno, con los efectos del clima, y a nivel externo, con el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.
Esta menor estimación de crecimiento para el 2023 por parte de Cepal también sigue a la caída de 0,3% con que espera que el PIB paraguayo cierre el 2022, mientras que la estimación oficial de Hacienda y el Banco Central del Paraguay (BCP) es de un crecimiento de 0,2% para el presente ejercicio anual.
En este sentido, Cepal sostiene que nuevamente los países de la región se verán enfrentados a un entorno internacional adverso, en el que se espera una mayor desaceleración tanto del crecimiento como del comercio mundial y precios de productos básicos más bajos que en 2022.
Todo esto afectará negativamente los términos de intercambio de los países exportadores de materias primas como el nuestro, además de las condiciones financieras a nivel mundial que seguirán influidas por la aversión al riesgo y las políticas monetarias restrictivas en los países desarrollados.
“Los países de la región enfrentarán nuevamente en 2023 un espacio limitado para la política macroeconómica, tanto fiscal como monetaria. En el ámbito monetario, el aumento de la inflación condujo a los bancos centrales de la región, al igual que a los de la mayor parte del mundo, a aumentar las tasas de política, en algunos casos de manera sustancial, y a reducir el crecimiento de los agregados monetarios”, reza Cepal.
Si bien se prevé que en 2023 este proceso llegue a su fin, en la medida que se vayan anclando las expectativas de inflación en los países, los efectos de esta política restrictiva en el consumo privado y la inversión se harán sentir con más fuerza en el próximo año dados los rezagos con que actúa la política monetaria.
Finalmente, Cepal también destaca que en América del Sur, algunos países se verán particularmente afectados por el bajo dinamismo de China, que es un importante mercado para sus exportaciones de bienes. Tal es el caso de Chile, Brasil, Perú y Uruguay, que destinan a China más del 30% de sus exportaciones de mercancías (40% en el caso de Chile).