El freno a la actividad económica y social que se debió aplicar en el mundo para detener la propagación del nuevo coronavirus, desde marzo de este año, generó problemas hacia nuestra región como la reducción del comercio exterior y el menor envío de remesas familiares desde los países desarrollados.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) detectó un retroceso de 7% en el flujo de remesas hacia esta parte del continente, hasta mayo de 2020, y coloca a Paraguay entre los países más afectados, con una disminución de 25% en la recepción de estos recursos, según expone en el Informe Especial COVID-19 “Enfrentar los efectos cada vez mayores del COVID-19 para una reactivación con igualdad: nuevas proyecciones”.
Entre otros países también fuertemente golpeados, Cepal menciona a Perú, con una reducción de remesas familiares de 38%; a Bolivia, con -14%; y a El Salvador, con -12%. El incremento del desempleo generado por las dificultades económicas que deja la pandemia es el principal factor que perjudica a las remesas familiares, explica la entidad.
En el caso de Estados Unidos de Norteamérica – principal fuente de remesas para zonas como México, Centroamérica y el Caribe – la firma calcula una suba de la tasa de subocupación del 7,6% observado en el 2019 a un 9,8%, en 2020; en cuanto a Europa – primer origen de remesas para América del Sur – la proyección es de una tasa de desempleo que pasará de 3,9% en 2019 a 9,3% en 2020.
“Las economías de la propia región, que son la segunda mayor fuente de remesas para varios países, también se verán afectadas por graves pérdidas de empleo”, agrega el reporte.
Las remesas familiares enviadas a nuestro país desde España retrocedieron en 19,3% entre enero y mayo de 2020, respecto al mismo periodo del año anterior, al fijarse en USD 94 millones, según últimos registros del Banco Central del Paraguay (BCP). Desde Estados Unidos, estos fondos se redujeron en 34,6%, al sumar USD 23,2 millones hasta el quinto mes del corriente ejercicio anual; mientras que desde Argentina la merma fue de 65,2%, a USD 11,6 millones.
Menos precios de commodities. En cuanto al comercio exterior, Cepal estima que el volumen del comercio mundial de bienes disminuiría entre 13% y 32% en el corriente año, debido a factores como “la interrupción de la producción en países integrados a cadenas de valor mundiales” y “la menor demanda de bienes de consumo e inversión a nivel generalizado, como producto del confinamiento y la crisis económica”.
Para América del Sur, advierte la disminución de los precios de materias primas y su consecuente impacto en el valor de las exportaciones. En el caso de la soja – nuestro principal producto de exportación – estima una caída de 9,3% para el 2020, mientras que el aceite de soja sentirá una devaluación de 7,8%; la carne vacuna también experimentará una reducción de precios, de 5,1%. En total, Cepal considera que los commodities agrícolas y agropecuarios se depreciarán en un promedio de 5,9%.
Estos resultados negativos se tendrán a pesar de la reversión que se observó en la trayectoria de estos precios desde mediados de abril – y con mayor fuerza durante mayo y comienzos de junio –, como resultado de la incipiente recuperación de la actividad económica de China, los Estados Unidos y Europa, recalca Cepal. “Si bien es posible que los precios continúen con su tendencia al alza si se consolida la recuperación (aunque esta sea lenta), en el promedio de 2020 se situarían por debajo de los niveles de 2019”, agrega.
Empeoran las perspectivas. En el informe especial COVID-19 correspondiente a julio, Cepal ajustó a -2,3% la proyección de contracción del producto interno bruto (PIB) de Paraguay para el 2020, a partir del -1,5% que había pronunciado meses atrás, cuando se empezaban a notar los efectos de la pandemia. Este ajuste se acerca a la estimación que mantiene el BCP, de -2,5%, pero es menos pesimista que el -5% que anunció hace unas semanas el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Para América Latina y el Caribe, pronostica una caída de 9,1% del PIB. En América del Sur, la contracción económica será de 9,4%, encabezado por Venezuela, Perú, Argentina y Brasil, con índices de -26%, -13%, -10,5% y -9,2%, respectivamente.
Entre otros indicadores, el organismo internacional pronostica un incremento de la pobreza y la pobreza extrema en nuestro país. En el segundo caso, la tasa pasaría de 6,2% a 6,6% de 2019 a 2020 – el segundo incremento más leve de la región, ya que Uruguay lo hará en 0,2 puntos porcentuales –; la pobreza, por su parte, aumentará de 19,4% a 20,9%, esta vez sí con el aumento más ligero de la región.
De manera global, la pobreza afectará al 37,3% de la población de América Latina, al cierre del corriente año, con un incremento de 7,1 puntos porcentuales desde el 30,2% registrado en el 2019. La pobreza extrema tendrá una incidencia de 15,5% en la región, en 4,5 puntos por encima de la tasa correspondiente al año pasado.