Paraguay pudo contener la propagación del COVID-19 con mayor éxito que otros países de la región, pero los efectos económicos son graves. El deterioro de las finanzas públicas generado por las medidas de apoyo brindadas por el Gobierno debe corregirse paralelamente a la reactivación de la actividad económica, pero sin dejar de lado el acompañamiento a la población y a los diversos sectores económicos.
Este es el mensaje que dejan Bas Bakker y Tobías Roy, técnicos del Fondo Monetario Internacional (FMI), en el artículo que denominaron “Tras vencer la pandemia, Paraguay busca retomar el crecimiento”, publicado en el blog Diálogo a Fondo. Recuerdan que el confinamiento golpeó duramente al consumo y la inversión; a modo de ejemplo, mencionan al 60% de caída de importación de bienes de capital en abril pasado, y la merma del turismo y el comercio internacional.
En consecuencia, el FMI corrigió a -5% la proyección de caída del producto interno bruto (PIB) de Paraguay para el 2020, a partir de la estimación de -1% pronunciada en abril último. A fines del año pasado, la entidad pronosticaba un crecimiento de 4%, con indicios de que estaban siendo pesimistas, reconocen Bakker y Roy.
Lea también: FMI corrige a -5% la proyección de caída del PIB de Paraguay
Con el nuevo escenario impuesto por la pandemia, se profundiza el debilitamiento de las finanzas públicas, que ya venían con un déficit fiscal (más gastos que ingresos en las arcas del Estado) de 3% del PIB al cierre del 2019, por efecto de la sequía de ese año, agrega el reporte. Este índice duplica al tope de déficit fiscal al que se puede llegar en circunstancias normales – en el marco de la Ley de Responsabilidad Fiscal (LRF) -, y se prevé que ascienda a 6% o 7% en el presente ejercicio anual.
“Aunque el plan era contener el déficit, el impacto de la pandemia hace que sea una tarea imposible, y también desaconsejable. El gasto en atención de la salud y protección social ha pasado a ser urgente en un momento en que el confinamiento impacta en los medios de vida de las personas”, reconocen los analistas del FMI.
Con la reapertura gradual de la economía, en cumplimiento de las fases de la “cuarentena inteligente” y tras dos meses de merma total de la actividad social, el FMI insta al Gobierno paraguayo a regresar al orden fiscal. Para el efecto, destaca como cruciales al mejoramiento del gasto público y a la generación de un ingreso fiscal más abundante.
“El cociente ingreso fiscal/PIB del gobierno paraguayo es extremadamente bajo, más o menos igual al de África subsahariana y muy inferior al de otros países emergentes. La reforma tributaria del año pasado constituye un primer paso positivo, pero posiblemente no sea suficiente para movilizar el ingreso interno”, advierte el organismo.
“El ritmo de la recuperación será lo que determine cuándo se llegará a esa meta. El país tendrá que encontrar un equilibrio entre reconstituir los márgenes de protección y continuar brindando apoyo a la población y la economía”, agrega.