Con estos resultados, las proyecciones actuales del FMI en cuanto al crecimiento económico de nuestro país se alinean a lo proyectado por el Banco Central del Paraguay (BCP), que al cierre del primer semestre corrigió su proyección a la baja, a 0,2%, luego de los efectos que tuvo la sequía a inicios de año.
Asimismo el FMI estima un efecto rebote en el crecimiento económico de Paraguay para el 2023, a una tasa de 4,3%, porcentaje que también fue recortado frente al informe correspondiente al mes de abril, que presentaba un crecimiento de 4,5% para el año siguiente.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) meses atrás reconoció las acciones tempraneras por parte del Banco Central del Paraguay (BCP) en su acción de anteponerse a los efectos de la inflación, elevando su tasa de referencia, que a más de un año comienza a brindar resultados positivos ante el avance del IPC.
Asimismo, hizo referencia a la importancia de la convergencia fiscal para el país, esto luego de las medidas que tuvo que realizar la cartera de Estado para combatir a los efectos adversos de la pandemia. El desafío que tiene el Ministerio de Hacienda para este año es llegar a un déficit fiscal de 3% del producto interno bruto (PIB)
Con relación al desarrollo económico por región, el FMI espera un crecimiento económico de 3,5% para América Latina en 2022 y de 1,7% para el año que viene. Para Estados Unidos espera 1,5% para el cierre del año y 1% para el 2023, mientras que en la zona euro las proyecciones indican 3,1% para este año y un 0,5% para el año 2023.
CONTEXTO EXTERNO
El Fondo Monetario Internacional detalla que la actividad económica mundial está experimentando una desaceleración generalizada y más acentuada según lo proyectado, con la
inflación más alta registrada en varios años.
Los factores de principal incidencia en una recesión económica apuntan a una crisis del costo de vida, el endurecimiento de las condiciones financieras en la mayoría de las regiones, la invasión rusa de Ucrania y la persistencia de la pandemia de COVID-19, los cuales inciden notablemente en las perspectivas.
Las proyecciones del FMI apuntan a una desaceleración de 6% en 2021 a 3,2% en 2022 y 2,7% en 2023, exceptuando la crisis financiera mundial y la fase aguda de la pandemia de Covid-19.
En cuanto a la inflación mundial, detalla una convergencia de estar 4,7% durante el 2021 a 8,8% para el cierre de este año, para luego descender a 6,5% en 2023 y 4,1% en 2024.
RECOMENDACIONES
Se debe mantener el curso de política monetaria para restaurar la estabilidad de precios, y la política fiscal debe procurar aliviar las presiones sobre el costo de vida, manteniendo una orientación lo suficientemente restrictiva para que esté alineada con la política monetaria.
Para contribuir más a la lucha contra la inflación, se puede recurrir a reformas estructurales que mejoren la productividad y alivien las restricciones sobre la oferta, en tanto que la cooperación multilateral es necesaria para acelerar la transición a la energía verde y evitar la fragmentación.