Buenos Aires, 9 abr (EFE).- El Gobierno de Argentina conminó este viernes a las grandes empresas a producir a su máxima capacidad instalada para evitar el desabastecimiento en medio de la crisis sanitaria que afronta el país por la pandemia de covid-19.
Mediante una resolución publicada en el Boletín Oficial, la Secretaría de Comercio Interior conminó a todas las grandes empresas de los sectores del comercio y de la industria a «incrementar su producción hasta el máximo de su capacidad instalada».
También les ordena adoptar las medidas necesarias para asegurar el transporte, la distribución y la provisión de los insumos y bienes finales producidos en todo el territorio argentino hasta tanto se mantenga vigente la emergencia sanitaria.
Las empresas alcanzadas, según la resolución, son aquellas que poseen «la mayor solvencia económica y tienen un impacto significativo» en las áreas del comercio y la industria.
En concreto, afecta a firmas industriales con una facturación anual de más de 3.955,2 millones de pesos (40,3 millones de dólares) y a compañías del sector comercial que registren una facturación anual superior a 3.698,2 millones de pesos (37,7 millones de dólares).
La resolución advierte que, si incumplen la medida, las empresas podrán ser sancionadas.
Según señalaron las autoridades argentinas, «se continúan advirtiendo y han sido reportadas situaciones de desabastecimiento o escasez de insumos y bienes finales».
En la resolución, se apunta que estas situaciones «son particularmente perjudiciales en la coyuntura actual» en la que Argentina trata de recuperar su economía tras el desplome del 9,9 % del PIB sufrido en 2020.
«Las situaciones apuntadas, que se exteriorizan en negativas de venta y falta de stock de insumos y bienes finales, no han sido motivadas por problemas concretos de la cadena de producción y resultan irrazonables e injustificadas en un contexto actual de normalización de la economía y recuperación de la demanda», sostiene la medida publicada este viernes.
El Gobierno de Alberto Fernández alegó que una disminución en la oferta de insumos y bienes finales en el mercado doméstico pueda generar «distorsiones y efectos adversos» en el nivel de actividad de las cadenas productivas y la satisfacción de la demanda interna.
De acuerdo a los últimos datos oficiales disponibles, la utilización de la capacidad instalada en la industria se ubicó en enero pasado en el 57,2 %.