“America is back” (América está de vuelta). Con esta frase, Joe Biden festejaba en la tarde de ayer – en su cuenta de Twitter – el inicio oficial de la transición hacia la administración de la Casa Blanca.
La transferencia de mando arranca luego de que la Administración de Servicios Generales dependiente de la Casa Blanca inicia el proceso de liberar fondos e información para el gobierno entrante. Esto finalmente se dio, luego de que el estado de Michigan certificara a Biden como el ganador, casi tres semanas después de la votación.
Este retraso se dio en medio de un ambiente político cargado, debido a que Donald Trump aún se rehúsa a conceder la victoria a su contrincante demócrata, a pesar de que no le quedan muchas instancias legales a las cuales recurrir. Hasta ahora, el equipo jurídico del presidente saliente ha fracasado en presentar pruebas que respalden sus afirmaciones y logren cambiar el resultado de las elecciones.
Los mercados de Estados Unidos reaccionaron fervientemente al anuncio – en la jornada de este martes –, con el petróleo ubicándose por encima de los 45 dólares y el dólar cayendo en su cotización; esto último, debido a que los inversores se sienten más confiados para optar por activos de mayor riesgo.
En cuanto a los índices bursátiles, el Dow Jones Industrial Average trepó por encima de los 30.000 por primera vez en la historia, mientras que el S&P 500 también alcanzó su máximo histórico en la jornada del martes. Ambos, impulsados por la claridad política que tanto deseaba el mercado en medio de la elevada incertidumbre económica.
La transición política y el progreso en las vacunas contra el Covid-19 hacen que las empresas estén “volviendo a la normalidad”, tras el duro golpe que significó para ellas la pandemia. Estas firmas son ahora las que están liderando las ganancias.
El operador de cruceros británico-estadounidense Carnival Corp. tuvo una suba de 11% en los mercados financieros, mientras que MGM Resorts Internacional se apreció 8%.
Por su parte, las compañías de energía en el S&P 500 tuvieron una suba de 4%, luego de que el petróleo se cotizara a 45 dólares el barril en Nueva York por primera vez desde el 6 de marzo y el oro cayó hasta los USD 1.800 la onza.
Este fenómeno de rotación hacia activos más depreciados se da en gran medida en detrimento del sector tecnológico, que se vio altamente beneficiado por el efecto del distanciamiento social que provocó la pandemia. Si bien en la jornada del martes el Nasdaq 100 cerró positivamente, no logró alcanzar su máximo histórico debido a que la euforia en los activos tecnológicos parece estar disipándose.
Los inversionistas también vieron con buenos ojos el eventual nombramiento de Janet Yellen como secretaria del Tesoro. Ven en quien fue presidenta de la Reserva Federal durante el gobierno de Barack Obama una posible razón más para contar con grandes estímulos fiscales.
