Río de Janeiro, 30 sep (EFE).- El Gobierno brasileño reafirmó este sábado su confianza en que Petrobras recibirá la licencia para explorar petróleo frente a la desembocadura del río Amazonas, un área considerada como vulnerable, luego de que la petrolera recibiera autorización para perforaciones en dos áreas próximas.
La confianza fue manifestada por el ministro de Minas y Energía, Alexandre Silveira, en un comunicado en el que celebró la decisión del Instituto Brasileño de Medio Ambiente (IBAMA) de concederle a Petrobras las respectivas licencias ambientales para realizar perforaciones exploratorias en una región de aguas profundas de la cuenca marina Potiguar.
Esta cuenca está ubicada frente al litoral del estado de Río Grande do Norte (nordeste de Brasil) y, junto con la región frente a la desembocadura del Amazonas, forma parte del llamado Margen Ecuatorial, un horizonte de explotación en el océano Atlántico en que Petrobras calcula que existen enormes reservas de hidrocarburos.
«A partir de ahora, tengo la certeza de que los técnicos del Ibama podrán dedicarse, aún con más esfuerzos, a avanzar en los estudios sobre las condiciones necesarias para las perforaciones del Margen Ecuatorial también frente al litoral del estado de Amapá (en la boca del Amazonas)», afirmó Silveira citado en el comunicado.
Según el ministro, tras cumplir los requisitos ambientales exigidos, Petrobras recibió el viernes «la primera licencia ambiental para perforar pozos exploratorios en el Margen Ecuatorial», aunque específicamente en la Cuenca Potiguar, en donde se calcula que hay reservas de 2.000 millones de barriles de crudo.
Para Silveira, la petrolera demostró que puede explorar la región sin riesgos ambientales, lo que también se extiende al área del Margen Ecuatorial más próxima a la boca del Amazonas.
Pese a afirmar que pretende iniciar una rápida transición energética y sustituir los combustibles fósiles, el Gobierno del progresista Luiz Inácio Lula da Silva alega que antes necesita explotar las posibles enormes reservas existentes en la región para financiar ese proceso y reducir sus desigualdades.
En mayo pasado el Ibama negó el único permiso que le faltaba a Petrobras para explorar los yacimientos de crudo que se cree existen frente a la desembocadura del Amazonas, argumentando «inconsistencias preocupantes de alta vulnerabilidad socioambiental para la operación segura en la nueva frontera exploratoria», pero la petrolera espera la respuesta a los recursos que presentó.
Mientras que ambientalistas y científicos critican la explotación en la vulnerable región, el Gobierno defiende el derecho de la estatal a explorar una extensa área, «tal vez la última frontera de petróleo y gas antes de la consolidación de transición energética».
El área del Margen Ecuatorial próxima a la boca de la Amazonas es considerada una prometedora reserva de hidrocarburos, donde Guyana y Surinam ya descubrieron yacimientos con reservas de hasta 13.000 millones de barriles de crudo.
Petrobras estima que el horizonte de explotación en esa zona puede rendir 14.000 millones de barriles de petróleo y alega que el pozo más cercano a la desembocadura del Amazonas se sitúa a 500 kilómetros y a 2.880 metros de profundidad.
Para el Ibama, la desembocadura del Amazonas es considerada una región de «extrema sensibilidad socioambiental» porque alberga reservas ambientales, territorios indígenas, manglares, arrecifes de coral, así como una variada diversidad marina con especies en peligro de extinción, como el delfín gris y el manatí.