México, 14 ago (EFE).- La Comisión Federal de Electricidad (CFE) cumple este viernes 83 años entre la urgencia de adaptarse a las energías renovables y la nostalgia del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, quien insiste en rescatar su pasado.
Pese a los nuevos retos del sector energético, López Obrador ha expresado su intención de retornar a la política del mandatario Lázaro Cárdenas (1934-1940), quien fundó la empresa eléctrica el 14 de agosto de 1937 en un época en la que el Estado promovía la industrialización.
«La creación de CFE respondió a un movimiento social, industrial y tecnológico del contexto y el tipo de Gobierno que había en el momento, y en la actualidad estamos atravesando igual por otro punto de inflexión», expone a Efe la historiadora energética Andrea Terán, de la Asociación Mexicana de Historia Económica (AHME).
REGRESO AL PASADO
López Obrador planteó en un memorando difundido este mes «regresar, sin ignorar las nuevas realidades» a la política de Cárdenas y del expresidente Adolfo López Mateos (1958-1964), quien nacionalizó la industria eléctrica.
«Tal es el espíritu que nutre el objetivo superior del actual Gobierno: recuperar el pleno dominio del petróleo y de la industria eléctrica. En lo específico, la decisión se traduce en no continuar con la privatización del sector energético», establece el texto dirigido a los reguladores autónomos de energía.
Terán considera esto una herramienta retórica, al recordar que el expresidente Enrique Peña Nieto también invocó a Cárdenas cuando en 2013 promulgó la reforma energética, que abrió esta industria a los privados.
«Es un sector que sigue siendo parte del ideario y del imaginario colectivo, de ese orgullo nacional, es de los pocos símbolos que quedan de orgullo nacional, entonces al hablar de esa manera es lo que se busca, un corte nacionalista», detalla la historiadora.
La experta también señala el deseo de López Obrador de regresar la CFE a la época previa a las décadas de 1980 y 1990, lo que él llama «el periodo neoliberal», un «punto de inflexión» que culminó en la reforma energética.
Como muestra, enuncia que el Gobierno ha aprovechado la pandemia para impulsar acuerdos del Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) y la Secretaría de Energía (Sener) que limitan la generación renovable de los privados para priorizar las plantas termoeléctricas e hidroeléctricas de CFE.
EN CRISIS
En el mensaje de aniversario, el director de la CFE, Manuel Bartlett, denunció que las reformas intentaron llevar a la empresa a su «desaparición», pero que nunca «lo lograron».
«El mandato del presidente es que esta empresa se mantenga como la primera empresa del país, como lo es, no hay una sola empresa ni las privadas que tengan la dimensión y la importancia de CFE y mantenerse así, por arriba del 50 %, cuando la llevaban a la desaparición», afirmó el funcionario.
El especialista Joaquín Corella reconoce que «tantos años de mala administración» han sumido a la CFE en la crisis, pero advierte que la política energética del actual Gobierno solo la agravaría.
«La formación de CFE sí fue muy importante en el desarrollo del país, pero actualmente no es la manera más eficiente de llevar la gestión, ni la conducción, ni la distribución o generación de electricidad», asevera el ingeniero del Centro de Inteligencia en Ahorro de Energía.
La compañía reportó una caída del 4 % anual de sus ingresos en el segundo trimestre del año, el equivalente a 11.598 millones de pesos o poco más de 526 millones de dólares.
La empresa anunció en julio la cancelación de cuatro licitaciones públicas para la construcción de plantas eléctricas en México al argumentar la incertidumbre derivada de la pandemia.
PASADO O FUTURO
En este panorama, Corella cuestiona que el Gobierno busque revertir la reforma energética en vez de invertir en energías renovables a través de alianzas con los privados.
«Yo lo vería muy peligroso, sobre todo en la cuestión de cómo vemos al país los que trabajamos en el sector energético y los extranjeros porque volver hacia atrás significaría desestimar todas las inversiones y todos los avances que se hicieron», opina.
Terán y él coinciden en que la administración debe percatarse de su nuevo desafío histórico.
«Las energías renovables no son un tema de sí o no, sino de cuándo porque el fin del petróleo ya está marcado y tenemos que hacer una transición, y ya escogeremos si somos pioneros y desarrolladores o las adoptamos de otros países en el futuro», concluye el experto.