Santiago de Chile, 20 nov (EFE).- El reciente anuncio de la compra por parte del gigante chino State Grid de la Compañía General de Electricidad (CGE), filial en Chile de la española Naturgy, muestra el creciente interés que el país asiático ha desarrollado en los últimos tiempos por el primer productor de cobre del mundo.
La venta por 3.038 millones de dólares, que se concretará en febrero de 2021, se conoció la semana pasada y sorprendió al mercado chileno, tras meses de altibajos por las protestas, la pandemia y el plebiscito que decidió redactar una nueva Constitución.
«Lo que estamos viendo hoy es la consolidación de nuestra relación económica, al pasar de un intercambio comercial sumamente fluido a una nueva etapa donde la inversión comienza a jugar un rol relevante», dijo a Efe el ministro de Economía, Lucas Palacios.
Con la adquisición del 96,04 % de CGE, State Grid controlará más de la mitad del mercado de distribución eléctrica y se convertirá en el primer inversor chino en el país, pues el año pasado se hizo con la eléctrica Chilquinta por 2.400 millones de dólares.
State Grid, la corporación de servicios de energía más grande del mundo, asumirá también la deuda de CGE, lo que eleva el valor de la operación a 5.098 millones de dólares, según informó Naturgy,
«Esto da cuenta de una relación económica madura y de las oportunidades que las empresas chinas encuentran en nuestro mercado», agregó el ministro.
CRECIMIENTO EXPONENCIAL
El presidente de la Cámara Chileno-China de Comercio, Industria y Turismo (CHICIT), Juan Esteban Musalem, explicó a Efe que la llegada de las grandes inversiones chinas ha sido «lenta» -considerando que ambos países establecieron relaciones en 1970 y firmaron un TLC en 2007- debido «tanto a la idiosincrasia china como a las condiciones del mercado chileno, bastante pequeño en términos absolutos».
No obstante, agregó, «durante los últimos tres años se ha comenzado a estructurar una interesante ofensiva de grandes corporaciones chinas, públicas y privadas».
Según InvestChile, la agencia de promoción de inversión extranjera, al cierre del primer semestre de 2020 la cartera de proyectos chinos sumaba 4.469 millones de dólares, concentrados principalmente en la minería, la energía, el sector financiero, la tecnología y la agroindustria.
Para Andrés Bórquez, profesor del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, «el punto de inflexión ocurrió en 2017» y 2019 fue la primera vez que China lideró las inversiones extranjeras en Chile, con un aumento de los proyectos del 167 % y un monto de 4.852 millones de dólares.
«La inversión china es muy reciente comparada con otros países de la región. Entre 1974 y 2016 alcanzó la escueta cifra de 302 millones de dólares», apuntó.
Hasta ahora, la mayor operación del país asiático en Chile es la adquisición por parte de Tianqi del 24 % de la minera SQM por 4.700 millones, aunque también destaca la compra del 27 % de la distribuidora de energía Transelec por China Southern Power Grid (1.300 millones).
La cartera china, sin embargo, dista mucho de los montos de los tres primeros inversionistas en Chile: Estados Unidos, con 35.464 millones de dólares; España, con 36.643 millones; y Canadá, con 34.434 millones, de acuerdo al Banco Central.
SIN FRENO
Ni las graves protestas iniciadas en octubre de 2019 -las más graves desde el fin de la dictadura, con una treintena de muertos y miles de heridos-, ni la pandemia, ni la incertidumbre del proceso constituyente ponen freno al avance de China, que es también el primer socio comercial de Chile.
«El interés no ha cesado. Incluso bajo el contexto de la crisis sanitaria, se han incorporado cinco nuevos proyectos chinos», indicó el ministro, quien señaló que «Chile cuenta además con una red robusta de tratados comerciales y de protección de inversiones, que son una garantía para quienes se instalan en el país».
En los últimos años también han llegado los líderes financieros China Construction Bank y Bank of China y el pasado septiembre Huawei anunció la instalación de su segundo «data centre» en Chile.
Para Francisco Aravena, director del Centro de Economía Aplicada de la Universidad San Sebastián, «Chile tiene una reputación histórica de estabilidad y crecimiento y es una puerta de entrada importante a Sudamérica, independiente de lo que ha venido pasando desde el estallido social».
Además, apuntó a Efe, «siempre ha sido un país imparcial con respecto la guerra comercial entre China y Estados Unidos».
«No existe en Chile un traje a la medida para empresas de una economía específica, ni tampoco barreras discriminatorias. La inversión extranjera jugará un rol relevante en la recuperación de Latinoamérica», añadió en ese sentido Palacios.
María M.Mur