Por Econ. Paola Talavera
La confrontación entre Corea del Norte y Corea del Sur se dio entre 1950 y 1953. Fue el primer gran conflicto de la guerra fría con EEUU, China y la URSS (Unión Soviética, ya desaparecida) apoyando a uno y otro grupo. En esta guerra se enfrentaron comunistas y capitalistas por el control de la península, dejando más de 4 millones de muertes.
Esta guerra técnicamente nunca terminó y ahora se abre la posibilidad de llegar a un acuerdo para ponerle fin. Moon Jai-in, presidente de Corea del Sur, afirmó que Estados Unidos, China y Corea del Norte acordaron finalizar la Guerra de Corea, que nunca tuvo un tratado de paz cuando finalizó la contienda en 1953.
Este tratado de paz que se está llevando a cabo -y esperamos que no sea interrumpido- ayudará a iniciar las negociaciones para la desnuclearización y la paz en la península de Corea.
El primer viceministro de Asuntos Exteriores surcoreano, Choi Jong-kun, comentó que este tratado podría ser largo, arduo e incluso accidentado, agregando que Corea del Norte podría tentarse a mirar atrás y vacilar sobre mantenerse en el objetivo.
La mejor forma de evitar el descarrilamiento de este acuerdo es diseñar una estructura que sea difícil de desviarse y que no sea conveniente salirse de él, sino que más bien sea conveniente para ambos, una hoja de ruta que pueda adaptarse a las circunstancias y entornos diferentes.
Además, el presidente Moon se ha hecho el compromiso de terminar este tratado antes de que termine su único mandato de 5 años, que acaba en abril del 2022.
Esta noticia fue lanzada por Moon en la Asamblea General de la ONU, en septiembre, lo que llevó a Kim Yo-jong, la influyente hermana del líder norcoreano Kim Konj-un, a describir esta idea como interesante y buena.
Beijing-China, que es aliado de Norcorea, expresó su apoyo a esta iniciativa de Surcorea y en Washington ya se están viendo los términos del proyecto de declaración.
Otra estrategia que Moon está teniendo en cuenta es no considerar el boicot diplomático de los Juegos Olímpicos de Pekín y no ha recibido ninguna solicitud de unirse a este boicot por parte de Estados Unidos o de otras naciones. Utilizaría esta estrategia como en PyeongChang en el año 2018
