Quito, 9 dic (EFE).- Ecuador espera estabilizar su deuda en 2022 después de una década de constante incremento, y hacerlo en torno a los 63.000 millones de dólares, para después empezar a reducirla gracias a las medidas introducidas por el Gobierno de Guillermo Lasso para bajar el déficit público y llegar al equilibrio fiscal en 2025.
«El año que viene deberíamos estar estabilizando, porque todavía tendremos déficit fiscal del Gobierno central de 2,5 % del PIB», afirmó el ministro de Finanzas, Simón Cueva, en una entrevista con Efe en la que hizo un repaso a la situación financiera del país después de la «peor crisis» que haya vivido Ecuador en toda su historia.
Porque los últimos dos años, explicó, han sido «muy complicados para la economía no solo ecuatoriana, sino de muchos países del mundo», y «cuando uno ve las estadísticas de la historia ecuatoriana esta es la crisis más fuerte».
Peor incluso que la llamada del «Feriado Bancario» en 1999, que hizo tambalear la economía ecuatoriana y provocó un éxodo masivo de ciudadanos de este país.
El ministro atribuye las dificultades de la crisis actual no solo a la pandemia de la covid-19, que supuso una contracción del 7,8 % del PIB en 2020, sino a factores estructurales de la economía nacional como el no tener fondos de reserva, ni poder aplicar «medidas contracíclicas» para afrontar el golpe, como sí pudieron otros países dentro y fuera de la región.
Tras una masiva vacunación del 75 % de su población objetivo entre marzo y septiembre, Ecuador ha comenzado a recuperarse este 2021, y así lo muestran sus indicadores como el consumo privado o la mejora del empleo.
De esta forma, la previsión de crecimiento para este 2021 gira en torno al 3,5% del PIB, y está por ver, dijo el titular económico, si todas las medidas y reformas consiguen mejorar las de 2022, ahora entre 2,55 y 2,80, según las estimaciones más «conservadoras».
En esas previsiones, Cuesta cuenta con una reducción progresiva del déficit fiscal, de 7 % del PIB el año pasado, al 4 % este 2021 y 2,5 % en 2022, para llegar al objetivo de «cero a fines de la administración de Lasso» en 2025.
