Ciudad de México, 9 nov (EFE).- El Banco de México (Banxico) mantuvo este jueves sin cambios, por quinta vez consecutiva, la tasa de interés en el 11,25 %, el mayor nivel en su historia, al adelantar que aún deberá conservarla así «por cierto tiempo».
En su anuncio, que estuvo dentro de las expectativas del mercado, el banco central «reconoció que el proceso desinflacionario ha avanzado en el país», por lo que mejoró sus pronósticos sobre la inflación para 2023, pero «opinó que el panorama sigue implicando retos».
La decisión de mantener el freno a las subidas, que iniciaron durante la pandemia de covid-19 en junio de 2021 y acumularon 725 puntos base, se aprobó por unanimidad y ocurrió en sintonía con la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), que la semana pasada conservó por segunda vez la tasa en un rango del 5,25 % al 5,5 %.
La resolución ocurre tras difundirse horas antes que la inflación general descendió en octubre al 4,26 %, su menor nivel desde febrero de 2021, tras registrar un índice del 7,82 % en diciembre, su mayor tasa para un cierre de año en lo que va del siglo.
«Desde la última reunión de política monetaria, las inflaciones general y subyacente anuales siguieron descendiendo. Sin embargo, ambas se mantuvieron elevadas al situarse en octubre en 4,26 % y 5,50 %, respectivamente», argumentó la Junta de Gobierno del banco.
Banxico redujo su pronóstico sobre la inflación general, al estimar ahora que promediará un 4,4 % anual en el último trimestre de 2023, desde una proyección previa de 4,7 %.
Mientras que mantuvo su expectativa para el cierre de 2024, cuando la inflación promediaría un 3,4 %.
El banco central observó que «si bien el panorama todavía se percibe complicado, se ha avanzado en el proceso desinflacionario».
Aún así, «considera que, para lograr la convergencia ordenada y sostenida de la inflación general a la meta de 3 %, será necesario mantener la tasa de referencia en su nivel actual por cierto tiempo».
Como riesgos al alza, enunció la persistencia de la inflación subyacente en niveles elevados, la depreciación cambiaria, mayores presiones de costos, que la economía muestre una resiliencia mayor a la esperada, y presiones en los precios de energéticos o agropecuarios.
«Se considera que el balance de riesgos respecto de la trayectoria prevista para la inflación en el horizonte de pronóstico se mantiene sesgado al alza», advirtió.
La próxima decisión sobre política monetaria, la última del año, será el 14 de diciembre.