Brasilia, 14 jun (EFE).- La Cámara de Diputados de Brasil aprobó este martes el proyecto de ley propuesto por el Gobierno del presidente Jair Bolsonaro que reduce los impuestos cobrados por los gobiernos regionales sobre combustibles, energía, transportes y servicios de telecomunicación, en un intento de frenar la inflación.
La propuesta, a la que los gobernadores se oponen por reducir significativamente sus ingresos fiscales, fue aprobada por 348 votos a favor y ninguno en contra en segunda y última votación en el pleno de la Cámara Baja.
Como la ley ya había sido aprobada la víspera en el Senado, por 65 votos a favor y 12 en contra, podrá ser sancionada esta misma semana por Bolsonaro, que, a cuatro meses de las elecciones presidenciales, viene impulsando medidas destinadas a combatir la inflación, principalmente la subida de los precios de los combustibles.
La iniciativa aprobada fija en un 18 % la tarifa máxima del Impuesto sobre Circulación de Mercancías y Servicios (ICMS) que los gobiernos de los 27 estados pueden cobrar sobre los combustibles, la energía eléctrica, el gas natural, las tarifas de transporte y los servicios de telecomunicación.
La ley que limita la principal fuente de recaudación de los gobiernos regionales tiene por objetivo intentar frenar la inflación, cuya tasa interanual hasta abril se ubicó en el 12,13 %, uno de sus mayores niveles en los últimos 18 años.
La iniciativa reduce la carga tributaria sobre algunos de los factores que más han presionado la inflación en los últimos meses en Brasil: los combustibles, que están en niveles récords debido a la crisis internacional generada por la guerra en Ucrania, y las tarifas de energía eléctrica, que subieron fuertemente por la fuerte sequía que sufrió el país el año pasado.
Igualmente reduce los impuestos sobre las tarifas de transporte, que también vienen aumentando y presionando la inflación por la propia subida de los combustibles.
La ley transforma energía, combustibles y transportes en «bienes esenciales e indispensables» de consumo, con lo que los gobiernos regionales no pueden gravarlos con las mayores tasas, lo que obliga a algunas administraciones regionales, como la de Río de Janeiro, a reducir prácticamente a la mitad los impuestos que cobra.
Pese a que el Senado había establecido el pago de una compensación a los gobiernos regionales en caso de que la recaudación por los impuestos sobre esos productos caiga más del 5 % este año ya descontada la inflación, la Cámara de Diputados introdujo una modificación que perjudica a los gobernadores.
Según el texto aprobado por los diputados, la compensación, que será un descuento en la deuda que los gobiernos regionales tienen con el gobierno federal de Brasil, tan sólo será concedida si la recaudación total -y no sólo la de los productos incluidos en la ley- cae más del 5 % sin tener en cuenta la inflación.
Los gobernadores alegan que la ley les provocará pérdidas por 83.500 millones de reales (unos 16.372 millones de dólares) anuales, pero el Gobierno asegura que la renuncia fiscal se limitará a 53.500 millones de reales (unos 10.490 millones de dólares).
Bolsonaro, que viene anunciando diferentes medidas para intentar reducir los precios de los combustibles consideradas como electorales, asegura que el proyecto permitirá que el actual precio promedio del litro de gasolina en Brasil caiga desde 7 reales (unos 1,4 dólares) hasta 5 reales (unos 0,98 dólares).