Santiago de Chile, 30 sep (EFE).- La pandemia del coronavirus llevó al desempleo en Chile en el trimestre móvil junio-agosto hasta el 12,9 %, una cifra levemente más baja al máximo histórico registrado en el periodo anterior (13,1 %), informó este miércoles el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
La tasa de desocupación nacional se incrementó así un 5,3 % con respecto al mismo periodo de 2019 y registró su primer retroceso mensual desde noviembre, al contrario de lo que pronosticaban los mercados, que la situaban por encima del 13 %.
El resultado de agosto, mes en el que comenzó el desconfinamiento en Santiago de Chile tras una megacuarentena de meses, fue producto de las reducciones en un 14,5 % de la fuerza de trabajo y en un 19,4 % de los ocupados, apuntó el ente.
Los ocupados ausentes, personas que mantienen su contrato laboral y reciben parte de su sueldo gracias a una ley especial y pese al cese de actividades por la pandemia, representan el 17,3 % del total de ocupados y crecieron 120,1 %, lo que equivale a 680.382 personas.
Por su parte, los desocupados aumentaron 46 %, incididos únicamente por los cesantes (55,9 %), y la tasa de ocupación informal alcanzó el 22,6 %, agregó el INE.
«Es cierto que (la tasa de desempleo) es algo inferior a la cifra que habíamos conocido previamente del 13,1 %, sin embargo sigue siendo extremadamente alta», aseguró el ministro de Hacienda, Ignacio Briones.
«Esto refleja una sola cosa: que nuestro mercado laboral enfrenta un tremendo desafío, por eso la prioridad del Gobierno y del país debe ser recuperarnos y levantarnos», añadió.
El Gobierno anunció el domingo un ambicioso plan de incentivos a la contratación por 2.000 millones de dólares, que busca crear o recuperar un millón de empleos en seis meses y que se centra en mujeres y jóvenes, dos de los colectivos más castigados por la debacle económica.
La pandemia provocó una caída del PIB chileno en el segundo trimestre de un 14,1 %, la mayor desde 1986, y el Banco Central estima una recesión de hasta un 5,5 % este año.
Mientras la emergencia sanitaria remite en Santiago, donde la mayoría de barrios fueron desconfinados en agosto y avanzan en el plan para reactivar de manera gradual la economía, preocupan los rebrotes en el norte y sur del país.
Con 461.300 infectados y 12.725 muertos desde el inicio de la pandemia en marzo, Chile es el duodécimo país del mundo con más contagios totales, según la Universidad Johns Hopkins.