Brasilia, 3 may (EFE).- El Banco Central de Brasil decidió este miércoles mantener, por sexta vez consecutiva, los tipos básicos de interés del país en el 13,75 % anual, su mayor nivel desde 2016, a pesar de la presión del Gobierno para reducirlos.
El emisor justificó su decisión en que el «ambiente externo se mantiene adverso» y el escenario, con crisis en algunos bancos, «elevó la incertidumbre», a pesar de los esfuerzos de los bancos centrales en promover la «convergencia» de las tasas de inflación.
La inflación sigue además «resistente», con unos precios al consumidor «por encima del intervalo compatible con el cumplimiento de la meta para la inflación», según apuntó la autoridad monetaria en un comunicado.
La nota agrega que «con el objetivo fundamental de asegurar la estabilidad de los precios», el Comité de Política Monetaria advierte que si no ocurre la convergencia para el centro de la meta de inflación, como se espera, no excluye la posibilidad de «retomar el ciclo de ajuste» con una elevación de los tipos.
Brasil registró en 2022 una inflación del 5,79 %, una tasa inferior a la de 2021 (10,06 %), pero por encima del techo de la meta que el Banco Central se había impuesto para ese año (5,0 %).
Los economistas prevén que Brasil terminará 2023 con una inflación del 5,95 %, con lo que volverá a superar el techo de la meta impuesta por el Banco Central para este año (4,75 %).
La decisión de este miércoles del emisor estuvo acorde con las expectativas de los economistas, que prevén que el Banco Central sólo comenzará a bajar los tipos en el segundo semestre, con lo que la tasa puede llegar al final del año al 12,5 % anual.
Sin embargo, contrarió las expectativas del Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien desde que asumió el poder, en enero, viene presionando para que el Banco Central reduzca la tasa ante el argumento de que el actual nivel impide que la economía crezca.
El mandatario ha llegado a tildar de «vergüenza» la actuación del Banco Central, al que acusó de estar «jugando con este país, con el pueblo pobre y con el empresario que quiere invertir» y de estar controlando más bien «el desempleo» y no los precios.