Brasilia, 28 mar (EFE).- La Confederación Nacional de la Industria (CNI), una representativa organización privada de Brasil, le demandó este martes al Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva que adopte medidas para promover una «reindustrialización» del país.
Para impulsar ese proceso, según un documento entregado por la CNI al Congreso Nacional, el Gobierno deberá comenzar por una decena de iniciativas que el sector privado considera «prioritarias» y que comienzan con una profunda reforma tributaria, que tienda a reducir una elevada carga impositiva que hoy se calcula en torno al 40 %.
Los industriales también pidieron un nuevo marco legal para las pequeñas y medianas empresas, la regulación del mercado de créditos de carbono, una modernización del sector eléctrico y una agilización del trámite de aprobación de las licencias medioambientales para proyectos de desarrollo económico, entre otras medidas.
El presidente de la CNI, Robson Andrade, dijo al presentar el documento que «el país precisa una economía de bajo carbono» que «contribuya al desarrollo en el largo plazo», pero también mejorar su «productividad y la competitividad de sus exportaciones».
En ese marco, subrayó la importancia de una reforma tributaria que «derrumbe los obstáculos impuestos por el alto ‘costo Brasil'» y que se mantenga la «responsabilidad fiscal», a fin de generar «un buen ambiente macroeconómico».
Todas las demandas de los industriales figuran en la agenda de Lula, quien asumió el pasado 1 de enero pero que aún no ha presentado planes concretos ni esbozado los marcos de las reformas que planteará en el terreno económico.
El Ministerio de Hacienda trabaja en un proyecto de reforma constitucional que propondrá modificar unas rígidas normas en vigor desde 2016, que limitan el aumento del gasto público anual a la tasa de inflación del ejercicio anterior.
Según el Gobierno, ese mecanismo congela la inversión pública e impide al Estado actuar como «promotor» del proceso económico, un papel que Lula pretende recuperar para apalancar el crecimiento.
Asimismo, el Ministerio de Hacienda diseña una reforma tributaria sobre la que aún se sabe poco y que se ha comprometido a entregar al Parlamento antes de mediados de este año.
A esa reforma se refirió este martes el vicepresidente del país, Geraldo Alckmin, quien en un evento con alcaldes calificó al actual sistema tributario, integrado por impuestos federales, regionales y municipales, de «caótico» e «injusto».
Según Alckmin, la reforma tributaria deberá contemplar las «realidades locales» de un país de 215 millones de habitantes como es Brasil y los ingresos por cápita de cada estado y municipio.
«Tiene que ser una reforma que promueva la eficiencia económica» y permita que los municipios «recauden más y mejor», pero en función de sus propias realidades y con la meta de promover el desarrollo «con justicia social», como pretende el Gobierno del progresista Lula, declaró. EFE
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