La Paz, 13 jun (EFE).- Un estudio reveló este martes los altos niveles de mercurio que están por encima de lo permitido que encontraron en el cabello de personas de 36 comunidades indígenas bolivianas, que están afectadas por la minería y el consumo de peces contaminados.
La investigación fue realizada por la Central de Pueblos Indígenas de La Paz (CPILAP) en el que tomaron 302 pruebas de cabellos de personas de seis territorios indígenas, en el que viven 36 comunidades.
En estas comunidades habitan pueblos indígenas como los Tacana, Lecos, Tsimanes, Uchupiamonas, Esse Ejja, entre otros que viven cerca a la rivera de la cuenca amazónica del río Beni y sus afluentes, como el río Tuichi, Quiquibey, Tequeje y Madre de Dios que también se sobreponen a áreas protegidas como el Madidi, uno de los parques más biodiversos del mundo, y la Reserva de la Biosfera y Tierra Comunitaria de Origen Pilón Lajas.
El estudio nació por la preocupación de los propios habitantes por su salud, por lo que se capacitaron para tomar estas pruebas que fueron analizadas en el laboratorio de calidad ambiental de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) de La Paz, explicó el presidente de la CPILAP, Gonzalo Oliver.
RESULTADOS
Los resultados del estudio señalan que el 74,5 % de las muestras tienen niveles de mercurio por encima de lo permitido que es 1,0 partes por millón (ppm), es decir que siete de cada diez pruebas tienen un nivel alto de ese metal, comentó a EFE el vicepresidente de la CPILAP, Lino Illimuri.
La investigación precisa que los seis pueblos indígenas que viven en esos territorios tienen altos niveles de mercurio, los Ese Ejjas presentan 6,9 partes por millón, los Tsimanes 6,8 ppm, Mosetenes 4,0 ppm, Uchupiamonas 2,5 ppm, Tacanas 2,1 ppm y Lecos 1,2 ppm.
El promedio de concentración de mercurio en el cabello es de 3,93 ppm, que sobrepasa el límite permitido, y detectaron que en 18 comunidades de las 36 del estudio tienen el 100 % de las muestras realizadas por encima de los niveles de mercurio.
Los pueblos indígenas más afectados son los Esse Ejjas y los Tsimanes y se debe a que su dieta alimentaria se centra en el consumo del pescado que llega contaminado porque se alimenta de los sedimentos de la extracción del oro, explicó Illimuri.
«La contaminación más grande es a las comunidades que no están haciendo minería, pero ahí sí se está consumiendo los desechos que están haciendo en la parte de arriba la minería mecanizada y la minería artesanal», enfatizó Illimuri.
En el pueblo Esse Ejja son 95 familias mientras que los Tsimanes son unas 600 habitantes, según Illimuri.
Es por ello que exigen al Gobierno que de forma «urgente» se prohíba el uso del mercurio y que se luche contra la minería ilegal, además, pedirán una brigada que haga el monitoreo de salud de las comunidades.
También interpondrán una acción popular para que el Estado «cumpla su rol en materia ambiental» y si no cambia la situación, acudirán a instancias internacionales.
Illimuri comentó a EFE que los niños son los más afectados, ya que se reportaron casos de menores que tienen problemas con el aprendizaje, que se enferman constantemente y que varias veces los pequeños «se quedan tendidos en el piso» sin razón alguna.
También las mujeres embarazadas reportaron problemas en su gestación y usualmente los mayores de 50 años presentan problemas de salud.
En enero el Gobierno de Luis Arce anunció dos proyectos para gestionar el uso del mercurio en la minería artesanal aurífera, los cuales aún no se han socializado con las comunidades.