Río de Janeiro, 13 may (EFE).- La petrolera brasileña Petrobras obtuvo en el primer trimestre del año un beneficio neto de 1.167 millones de reales (unos 220,2 millones de dólares), con el que revirtió parte de las pérdidas récord que sufrió en el mismo período de 2020 (48.523 millones de reales o 9.155,2 millones de dólares).
Las ganancias en los tres primeros meses de este año, sin embargo, fueron en un 98,1 % inferiores a las del último trimestre de 2020, cuando la compañía alcanzó un lucro récord de 59.890 millones de reales (unos 11.300 millones de dólares), según el balance financiero enviado este jueves a los accionistas.
La petrolera, mayor empresa de Brasil, atribuyó el buen resultado del primer trimestre a la subida del precio promedio del petróleo tipo Brent en el mercado internacional hasta 60,9 dólares el barril, valor en un 37,7 % superior al de los tres primeros meses de 2020 y un 21,2 % mayor al del último trimestre del año pasado.
De acuerdo con el comunicado divulgado por la compañía, la caída de las ganancias en la comparación con el último trimestre del año pasado fue provocada por el impacto que tuvo la depreciación del real frente al dólar en el resultado financiero.
Igualmente a la reversión de gran parte del ajuste contable que hizo el año pasado en el valor de sus activos para adecuarlos a la crisis histórica provocada entonces por la fuerte caída de la demanda global y de los precios del crudo como consecuencia de la pandemia de la covid.
Dicho ajuste contable hundió el resultado del primer trimestre del año pasado, cuando la empresa sufrió pérdidas récord para un trimestre y por un valor muy superior a su beneficio neto en todo 2019, y su reversión fue la que disparó el beneficio del último trimestre del año pasado igualmente hasta un valor récord.
Según el balance, las ventas de combustibles de Petrobras en el mercado interno crecieron un 15,5 % frente al primer trimestre del año pasado y las exportaciones en un 13,6 %, con China como principal destino y una participación del 56 % en los embarques.
La elevación de los precios del petróleo y el aumento de las ventas le permitieron a la empresa, que es controlada por el Estado pero tiene acciones negociadas en las bolsas de Sao Paulo, Nueva York y Madrid, revertir la caída del 6 % en su producción, hasta 2,45 millones de barriles diarios en el primer trimestre de este año.
La subida de la cotización del crudo y el aumento de las ventas de combustibles elevaron los ingresos de la compañía en un 14,2 % frente a los del primer trimestre del año pasado, hasta 86.174 millones de reales (unos 16.259 millones de dólares) entre enero y marzo.
El salto de la facturación permitió que el resultado bruto de explotación o ebitda aumentara un 30,5 % frente al mismo período del año pasado, hasta 48.949 millones de reales (unos 9.235,7 millones de dólares), y un 4,1 % en la comparación con el último trimestre de 2020.
«Los números demuestran la capacidad de nuestro equipo de generar resultados sustentables para los inversores y la sociedad en general, incluso en un contexto desafiante», afirmó el presidente de Petrobras, Joaquim Silva e Luna, en mensaje a los accionistas.
Silva e Luna, un general de la reserva del Ejército que asumió el comando de la mayor empresa brasileña el mes pasado en medio a temores de los accionistas de una mayor intervención del Gobierno en la compañía, manifestó su compromiso con los resultados financieros de la petrolera.
«Petrobras mantendrá la trayectoria de generación de valor para sus accionistas con una gestión pautada en la transparencia, en el diálogo y en la racionalidad, y con inversiones concentrada en activos en los que somos conocidos como líderes mundiales», afirmó.
En los últimos años, la petrolera concentró sus inversiones en las gigantescas reservas del presal, un horizonte de explotación en aguas muy profundas del océano Atlántico que puede convertir a Brasil en uno de los mayores exportadores mundiales de petróleo, y profundizó un plan para vender activos menos rentables, como las refinerías.
El plan de desinversiones permitió que la deuda bruta de la compañía cayera un 20,5 % en un año, desde 89.237 millones de dólares en marzo del año pasado hasta 70.966 millones de dólares en marzo de este año.
Las inversiones de la empresa, por su parte, se redujeron a 1.913 millones de dólares en el primer trimestre, con una caída del 21,3 % frente al mismo período del año pasado y del 6,6 % en la comparación con el último trimestre de 2020.