La llegada del COVID-19 generó una recesión económica global en el 2020 de la que los países buscan recuperarse a medida que avanzan los procesos de vacunación.
El confinamiento generalizado de la población que se dictó para frenar el avance del virus, a su vez, desembocó en una mayor demanda de servicios digitales y las compañías tecnológicas multinacionales se erigieron como las grandes triunfadoras de la «nueva economía mundial”.
En este contexto, la iniciativa de configurar un sistema impositivo global superó varios años de trabas y logró el acuerdo de los ministros de Finanzas del G7 -el grupo de los siete países más industrializados del mundo- para aplicar un impuesto de al menos 15% a las grandes compañías multinacionales en los países donde estas venden sus productos y servicios, no donde declaran estar instaladas y obtienen sus beneficios
El anuncio se realizó tras la reunión que mantuvieron este fin de semana, en Londres, los ministros de Finanzas de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido.
El siguiente paso deberá darse el próximo mes, en el encuentro de los países del G20 en Italia, y luego deberá ser validado por los más de 140 miembros de la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico). No se prevé que la normativa esté lista antes de octubre próximo, debido a las negociaciones que están así pendientes, y la implementación plena puede tomar años.
Efectos en los países
Este régimen tributario puede ayudar a los países a recaudar más impuestos a partir de la operación de grandes compañías y habilitará a los gobiernos a imponer gravámenes a gigantes tecnológicas estadounidenses como Amazon.com Inc. y Facebook Inc., explica un análisis de Bloomberg.
El acuerdo al que se arribó en el G7 satisface el pedido de Estados Unidos de un impuesto corporativo de 15% como mínimo a las ganancias de no residentes y está dirigido a modernizar un código fiscal internacional que ya tiene un siglo de antigüedad, mientras también relaja las tensiones transatlánticas que amenazaban con convertirse en una guerra comercial durante la presidencia de Donald Trump, agrega el medio especializado.
“El pacto del G-7 marca un paso para reescribir un sistema global que, según los críticos, permitió a las grandes empresas ahorrar miles de millones de dólares en facturas de impuestos cambiando de jurisdicción”, relata el artículo de Bloomberg, al tiempo de destacar que también ayuda a abordar las quejas respecto a que las principales empresas digitales pueden hacer dinero en varios países y pagar impuestos sólo en aquel donde declaran estar instaladas.
Respuesta de los afectados
En respuesta al anuncio del G7, algunas de las compañías tecnológicas de mayor tamaño se enfocaron en cómo el acuerdo puede ayudar a dejar en claro dónde deben pagar impuestos.
Nick Clegg, vicepresidente de Asuntos Globales de Facebook, dijo en su cuenta de Twitter que se trata de un paso hacia adelante por la certeza de los negocios y el fortalecimiento de la confianza pública en el sistema impositivo global, según recopilaciones de Bloomberg.
Un vocero de Amazon dijo que el proceso liderado por la OCDE traerá estabilidad al sistema impositivo internacional, por lo que considera al acuerdo de este fin de semana como un aporte hacia el logro de esta meta.
Impacto en la competitividad
El secretario general de la OCDE, Mathias Cormann, calificó al impuesto corporativo global mínimo de 15% como un “muy significativo paso hacia adelante” que dejará a los países un margen suficiente para competir, de acuerdo con las declaraciones recogidas por Bloomberg.
Cormann informó que algunos países, incluido Francia, dijeron que inclusive presionarán por un piso más elevado, por lo que considera importante llegar a un balance adecuado.
Países pequeños, incluida Irlanda, manifestaron su preocupación sobre la posibilidad de que un acuerdo global pueda socavar sus esfuerzos por atraer a multinacionales.
Bloomberg también destaca la decisiva participación de Janet Yellen, secretaria del Tesoro de Estados Unidos, en el direccionamiento de las economías más ricas del planeta hacia el acuerdo por impuestos globales al que las negociaciones eludieron por casi una década.
El medio especializado advierte que esta victoria de la ministra de Joe Biden en el G7 puede no llegar muy lejos en Washington, donde ganar el apoyo de los legisladores para el vasto plan de incremento impositivo y del gasto público será un “reto mucho más duro”, agrega.