Caracas, 3 ago (EFE).- El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, aseguró este jueves que el crecimiento económico del país para 2023 se proyecta en un «mínimo» de 5,5 %, citando datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), y negó que la nación haya caído, nuevamente, en recesión.
«Dicen que Venezuela entró otra vez en recesión, y lo basan en datos falsos, cuando los venezolanos estamos unidos y empeñados en el trabajo, en diversificar la economía, en hacer crecer la economía que produce bienes, servicios, riqueza, y este año se proyecta mínimo, mínimo, de acuerdo a la Cepal, 5,5 % de crecimiento», señaló durante una actividad transmitida por el canal estatal VTV.
El mandatario dijo estar seguro de que el crecimiento económico «superará esas proyecciones», esto pese a que el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), un ente independiente al margen del Banco Central (BCV), estimó, a finales de julio, que el PIB cayó un 7 % en el primer semestre de 2023, en comparación con el mismo período del año pasado.
Maduro afirmó que el país empezó a «sustituir completamente» las importaciones por producción local, gracias al «trabajo en equipo» entre el Gobierno, productores y la ciudadanía.
«Ya Venezuela va invirtiendo la tendencia y comienza a ser un país productor, diversificado, que exporta, y un país que empieza a sustituir completamente las importaciones y a producir (…) lo que antes importábamos», manifestó.
En este sentido, señaló que las bolsas de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), un sistema creado por Maduro en 2016 para abastecer de alimentos a familias, pasaron de contener un 90 % de productos importados, a surtirse con 95 % de alimentos producidos en la nación.
Además, el jefe de Estado indicó que estimaciones de la Cepal, al cierre de 2022, posicionan a Venezuela en el segundo lugar de crecimiento en exportaciones de bienes de toda la región, con 63 % de incremento.
Según estimaciones independientes, la economía venezolana se contrajo un 80 % entre 2013 y 2021, cuando empezó a mostrar signos de recuperación como resultado de un cambio en las políticas del Ejecutivo, que se ha abierto al dólar y a inversores privados, a la vez que redujo los controles y las intervenciones a empresas, coinciden expertos.