La Habana, 1 jul (EFE).- Luis Alberto Rodríguez López-Calleja, una figura clave en las estructuras del poder político, económico y militar de Cuba, aunque frecuentemente en un discreto segundo plano, murió este viernes a los 62 años de un paro cardiorrespiratorio.
López-Calleja era miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC, único legal), General de División, asesor especial del presidente del país, Miguel Díaz-Canel, y exyerno del expresidente Raúl Castro.
Pero sobre todo, López-Calleja era el presidente del Grupo de Administración Empresarial (Gaesa) de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), un opaco complejo multisectorial con más de medio centenar de compañías -algunas en régimen monopolístico- que no rinde cuentas ante la Asamblea Nacional (Parlamento cubano, unicameral).
Se trata del mayor grupo de empresas del Estado cubano con importantes intereses en cadenas hoteleras, comercio minorista, telecomunicaciones, inmuebles, empresas de importaciones y comercializadoras de combustibles.
Y es, por lo tanto, la primera fuente de divisas de Cuba, elemento clave en un país que importa el 70 % de lo que consume.
Conocido también como «el zar de la economía cubana», el medio de comunicación Bloomberg lo llegó a considerar como «uno de los hombres más poderosos en Cuba» en 2015 en un reportaje en el que lo caracterizaba como quien daba el visto bueno a los inversionistas extranjeros.
Pese a que sus apariciones públicas eran contadas -una de las últimas fue en la visita a La Habana del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador-, los expertos lo calificaban como una de las personas esenciales en el entramado político-económico cubano.
Estados Unidos le sancionó durante el mandato del expresidente Donald Trump (2017-2021), incluyéndolo en la lista de personas «especialmente designadas y bloqueadas» de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro.
En un país que atraviesa una grave crisis, hubo también quien le criticó en los últimos tiempos por las notables inversiones en nuevos hoteles (pese a la caída del turismo), la dolarización parcial de la economía (de la que se beneficiaban las tiendas en divisas de Gaesa) y la elevada inflación.
Díaz-Canel expresó en redes su «profundo dolor» por la muerte de López-Calleja, «un revolucionario, un hombre que sirvió a la Patria y a la Revolución en todas sus trincheras».
El PCC emitió por su parte un comunicado en el que expresó el «profundo pesar» que le provocó la muerte de López-Calleja y destacó que se labró «una brillante hoja de servicios a la Patria y a la Revolución cubana».
TRAYECTORIA
López-Calleja nació el 19 de enero de 1960 en Santa Clara, en la provincia central de Villa Clara, hijo del general del Ejército cubano Guillermo Rodríguez del Pozo (1929-2016), que llegó a ser jefe de los Servicios Médicos de las FAR y del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil.
Según informó en su página web el PCC, como estudiante ocupó diversos cargos en la Federación Estudiantil de la Enseñanza Media (FEEM) y militó en la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC).
Posteriormente cursó sus estudios universitarios en la antigua URSS con Título de Oro y a su regreso a Cuba comenzó a trabajar para el Ministerio de Comercio Exterior.
Después saltó al Ministerio de las FAR (Minfar), donde ejerció de enlace del ministro con la dirección de Colaboración Económica del Ministerio. Posteriormente fue jefe de sección y de departamento.
En 1990 pasó a prestar servicios en la Contrainteligencia militar y, como muchos militares cubanos, cumplió «misión internacionalista» en la participación de su país en la guerra de Angola.
En 1996 se le designó para dirigir el Sistema Empresarial de GAESA, cargo que ejerció durante casi tres décadas hasta su muerte.
Participó, asimismo, en la Comisión Política Económica desde su creación en 2006 y en 2011 encabezó la comisión del Gobierno cubano para la atención a la Zona Especial de Desarrollo del Mariel, un proyecto de promoción económica.
Era miembro del Comité Central del Partido desde 2011 y desde el año pasado pertenecía a también a su núcleo duro: el Buró Político, y era diputado en la Asamblea Nacional.
Recibió las medallas Ignacio Agramonte de primera clase, Combatiente Internacionalista de segunda clase, Combatiente por la Producción y la Defensa, así como las distinciones Por el Servicio de las FAR.
De su matrimonio con Débora Castro Espín, hija mayor de Raúl Castro, deja dos hijos.