Ciudad de México, 28 jul (EFE).- La petrolera estatal mexicana Pemex presentó este miércoles como «positivos» los resultados del primer semestre de 2021 a la vez que arremetió duramente contra la agencia Moody’s por haber rebajado en la víspera la calificación de la compañía por los riesgos en el pago de su deuda.
«Nos parece una acción falta de profesionalismo de parte de esta calificadora, falta de ética, en suma hasta vergonzoso», dijo en una llamada con inversionistas el director general de Petróleos Mexicanos (Pemex), Octavio Romero Oropeza, quien señaló que en Moody’s «sabían» que la empresa iba a presentar unos «resultados positivos».
La agencia rebajó el martes la calificación de Pemex de Ba2 a Ba3 con perspectiva negativa porque estimó que la necesidad de liquidez aumentará «en los próximos tres años debido a los altos niveles de vencimiento de deuda».
LA DEUDA SIGUE EN AUMENTO
La compañía, una de las más endeudadas del mundo, reportó este miércoles que su deuda financiera aumentó en lo que va de año un 0,9 % hasta los 114.568 millones de dólares.
Romero Oropeza contestó a Moody’s que el vencimiento de deuda «va a ser pagado por el Gobierno federal», que también se encarga de la construcción de la refinería de Dos Bocas (Tabasco) y de la compra de la refinería de Deer Park (Texas, EE.UU.), por lo que dichas operaciones no afectan a las arcas de la empresa.
«Expresar a los inversionistas que no se preocupen. Pemex nunca va a dejar de honrar sus compromisos de deuda. Tenemos el respaldo del Gobierno federal», afirmó Romero Oropeza, quien criticó «contradicciones metodológicas» en el análisis de la calificadora.
En una rueda de prensa posterior, la vicepresidenta de Moody’s Investors Service, Nymia Almeida, respondió que no han cambiado la «metodología» y que la obligación de la agencia es «reflejar el riesgo creciente en el negocio de Pemex».
Almeida predijo que a pesar del apoyo del Gobierno federal, la operación de la compañía «va a seguir provocando un déficit en el flujo de efectivo» y que «no tendrá capacidad de pagar sus propias inversiones con sus recursos».
La analista del Banco Base Gabriela Siller dijo a Efe que la calificación de Pemex «es tan baja que se considera como deuda basura» y debido a su importancia para el Estado, Pemex se considera «el mayor riesgo» para la calificación de la deuda soberana de México.
REDUCE LAS PÉRDIDAS
La polémica llega cuando Pemex perdió solo 22.993 millones de pesos (unos 1.155 millones de dólares) en el primer semestre de 2021, un 96,2 % menos que en el mismo período del año anterior.
Cabe recordar que en 2020, sufrió una pérdida de 21.417 millones de dólares por la pandemia de covid, en la peor crisis de su historia.
En lo que va de este 2021, Pemex consiguió aumentar sus ingresos un 42,8 % hasta los 664.989 millones de pesos (unos 33.417 millones de dólares), gracias al aumento de un 34 % en ventas nacionales y del 54,4 % en exportaciones.
Además, el rendimiento de operación se disparó un 26.490 % al situarse en 163.706 millones de pesos (8.226 millones de dólares).
«Nuevamente tenemos buenas noticias», dijo Romero Oropeza, quien destacó que Pemex «continúa siendo el mayor contribuyente de la Hacienda pública federal», pues supone el 14 % de los ingresos del Gobierno.
RECUPERA LA PRODUCCIÓN
Según el reporte, la producción de crudo fue de 1,73 millones de barriles diarios en el primer semestre de 2021, un 1,2 % mayor al mismo período de 2020, cuando fueron casi 1,7 millones de barriles.
El director de la compañía estatal celebró que es «el tercer trimestre consecutivo de crecimiento de producción de petróleo» tras 15 años de decrecimiento.
Además, reivindicó que el crecimiento habría sido mayor si el año pasado la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus diez aliados, entre ellos México, (OPEP+) no hubieran pactado reducir la producción para frenar la caída de precios durante la pandemia.
Reflotar la producción de Pemex ha sido uno de los grandes objetivos del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, quien es reacio a la reforma energética de su antecesor, Enrique Peña Nieto (2012-2018), quien abrió el sector a la inversión privada.
En un inicio, López Obrador prometió cerrar su mandato en 2024 con una producción de 2,6 millones de barriles diarios, pero en el último año ha cambiado de idea y promete no superar los dos millones de barriles para no afectar al medioambiente.