La Paz, 28 jul (EFE).- Un estudio presentado este miércoles propone reformas «urgentes» en distintos niveles del área de hidrocarburos en Bolivia, que en el último tiempo ha experimentado un declive en reservas de gas natural y poco éxito en las tareas de exportación.
El «Breve análisis y prospectiva de la industria del gas natural boliviano: 1980-2021», del experto Mauricio Medinaceli, que fue ministro de Hidrocarburos del país, presenta una reseña sobre las negociaciones de exportación de gas, el periodo de auge entre 2006-2015 y las recomendaciones para este sector.
Durante una presentación telemática, Medinaceli mencionó que Bolivia tiene un «problema institucional» y que es necesaria una «reingeniería legal» o el «cambio de las reglas del juego» para revertir la debilidad de Bolivia como abastecedora del energético.
25 AÑOS DE TRABAJO
El estudio destaca el periodo de 1974 a 1999 en el que cinco presidentes bolivianos y la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) como «hilo conductor de las negociaciones» consolidaron el gasoducto entre Bolivia y Brasil.
Medinaceli expuso que en la década de 1980 el gas natural boliviano «era desechado» y hasta «quemado» en un tiempo en el que solo se extraían líquidos y no había infraestructura ni mercado para su venta.
El exministro recordó que el gasoducto fue de los «más grandes del mundo», de unos 3.000 kilómetros de extensión, y que aquello hizo que «la mitad del crecimiento económico de Bolivia» en los últimos años se deba justamente a la venta de gas a Brasil.
Aquellas negociaciones durante las gestiones de Hugo Bánzer, Hernán Siles, Víctor Paz, Jaime Paz Zamora y el primer Gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada fueron un «gran trabajo» a pesar de las diferencias políticas, mencionó Medinaceli.
DEL AUGE AL DESCENSO
Medinaceli apuntó que Bolivia vendió alrededor de 6 trillones de pies cúbicos (TCF) en estos años, algo que hizo de que Bolivia pase a ser un país «de ingresos bajos» a uno de «ingresos medios» gracias a los precios «extraordinariamente elevados» que de costar un dólar el BTU sobrepasaron los nueve en el mejor momento.
Ese auge fue hasta 2015, año en el que «la producción (de gas) comienza a decaer» junto con la baja de precios internacionales y con ello el descenso de regalías asignadas por una «Ley de Hidrocarburos» de 2005 que estableció un nuevo régimen impositivo a las empresas extranjeras a favor del Estado boliviano.
«Las regalías del país caen, de recibir casi 4.500 millones (de dólares) a recibir más o menos 1.000», apuntó Medinaceli.
A juicio del exministro, el sistema impositivo que se deriva de la mencionada norma «no funciona ahora».
A esto debe añadirse que en los años anteriores los operadores se dedicaron a la «explotación» mientras que la capacidad de recuperación de los yacimientos «no ha sido la esperada» por una norma que es «de cosecha y no una ley de siembra», manifestó.
LAS MEDIDAS URGENTES
Medinaceli refirió que el estudio muestra «curvas de declinación» y que aún se mantienen si se incorporan los nuevos proyectos anunciados por el Gobierno, por lo que «las reformas que se tienen que hacer al momento son urgentes».
«Aun con los nuevos proyectos, el año 2033 ya no podremos enviar volúmenes a Argentina y el año 2040 ya no podremos enviar al Brasil», alertó Medinaceli.
El estudio propone que YPFB sea eficiente y corporativa, sin que esto signifique una privatización, sino que la empresa estatal pueda «acudir a los mercados financieros internacionales» en vez del Banco Central de Bolivia (BCB), afirmó.
De otro lado está «hacer un sistema tributario más flexible» con porcentajes de tributos variables, además de abrir áreas de adjudicación para empresas extranjeras en las que exista un sistema de licitación.
También está la modificación de la Ley de Hidrocarburos que aliente la exploración y que sea «una ley de siembra» a diferencia de la ley vigente junto al «ajuste de precios en el mercado interno».
Sobre este último punto, Medinaceli consideró de que «es necesario quitar el subsidio progresivamente a los combustibles» algo que se «debe discutir» con los sectores como amas de casa sindicatos de transportes para que sea una medida «consensuada».
En su explicación sobre el estudio, Medinaceli también mencionó sobre lo «débil» de la posición de negociación de Bolivia ante Brasil y Argentina, los principales mercados del gas natural boliviano, por el descubrimiento en esos países de nuevos yacimientos y de nuevos proveedores del energético.