En su informe denominado “Confianza – La clave de la cohesión social y el crecimiento en América Latina”, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) arrojó cifras sobre la inversión en educación en la región. El reporte revela que Paraguay se encuentra en uno de los niveles más bajos para este indicador, solamente por encima -aunque muy cerca- de Guatemala.
Según reportó el organismo multilateral, nuestro país invierte en educación sólo cerca del 3% de su producto interno bruto (PIB), con lo que se ubica en un nivel muy cercano al de Panamá y Perú. Un poco por encima se encuentran El Salvador y Nicaragua, aunque también por debajo del promedio de la región.
Por el contrario, Costa Rica, Honduras y Brasil invierten entre el 6% y el 7% de su PIB en educación.
Por encima del promedio también se encuentran México, Argentina, Ecuador y Colombia, que invierten entre el 4% y el 5% de su PIB en educación.
Según se explica en el documento publicado por el BID, la cuestión de la política y la legislación es fundamental para que los países inviertan más o menos en educación, ya que allí se toman las decisiones sobre el presupuesto público.
“El gasto en educación ilustra la confianza del legislador en los partidos. En los países de América Latina y el Caribe, la mayor confianza de los legisladores en los partidos se asocia con un gasto más alto en educación como porcentaje del PIB. Individualmente, los legisladores pueden hacer poca cosa para mejorar la calidad de la educación o superar el gasto en este rubro”, apunta el documento.
De esta manera, se hace referencia a que el esfuerzo individual de partidos políticos o legisladores poco puede colaborar en el avance de la inversión pública en educación. Al contrario, se debe confiar en que, colectivamente, todos los legisladores se interesarán y los funcionarios públicos asignarán el presupuesto de educación con el fin de maximizar el aprendizaje de los alumnos.
“Cuando la confianza en los partidos es baja, los legisladores tienen escasas garantías de que se respetarán los acuerdos con otros legisladores o con la rama ejecutiva. Por consiguiente, tienen menos interés en asignar recursos a la educación”, considera el Banco Interamericano de Desarrollo en su reciente publicación.