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22 de noviembre de 2024

Advierten que la inflación absorbió la mitad del aumento de la inversión en educación de las últimas décadas

La economista Verónica Serafini sostiene, en la revista mensual de Cadep, que en términos reales la inversión en educación entre 2003-2021 aumentó sólo 2,6 veces, y no 7 veces, si se tiene en cuenta la inflación que se tuvo en ese periodo.

La profesional asegura que a la hora de analizar la inversión en educación se debe tener en cuenta que en ese lapso la población creció, y también la cobertura. Además, el esfuerzo fiscal es casi el mismo, con un promedio del 3% anual, siendo en 2003 de 2,4% y en 2021, del 3,2%.

En el nivel secundario, la inversión en el sistema público por estudiante es menos de la mitad de lo que cuesta la instrucción privada, lo cual revela la desigual calidad de educación que reciben los adolescentes según su estatus socioeconómico.

En la nueva edición de la revista de análisis de coyuntura mensual “Economía y Sociedad”, el Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep) analiza temas referentes a la inversión en educación que se ha realizado en los últimos años en nuestro país. 

En una nota titulada «Evidencia empírica y honestidad intelectual para analizar la inversión pública en educación», la economista Verónica Serafini aborda varios puntos que se deben tener en cuenta sobre la inversión en educación.

Primeramente, la profesional escribe que el debate sobre el Plan Nacional de Transformación Educativa se prestó a todo tipo de desinformación, incluidos los datos sobre la inversión pública en educación. 

En este sentido, señala que «el primer dato que algunas personas están difundiendo es el aumento de la inversión entre 2003-2021 señalando que aumentó 7 veces en este periodo. Esto es cierto, pero viniendo de economistas o personas con conocimiento en economía, resulta una falacia porque en estos casi 20 años hubo inflación».

Serafini asegura que, en realidad, si se considera en términos reales, el aumento fue de 2,6 veces. Es decir, la inflación absorbió gran parte de la inversión en el ámbito educativo. Cabe mencionar que si se tiene en cuenta el aumento de precios de este 2022, el número sería mucho mayor. 

Añadió que el segundo factor que no consideran estos análisis es que la población creció, así como también la cobertura, por lo cual, parte del aumento fue exclusivamente para cubrir el crecimiento de la población. 

«Entre 2003 y 2021, la cobertura de la educación formal creció en más de 400.000 personas, si se tienen en cuenta a las personas de 5 años en adelante», detalla en su análisis. 

La economista agrega que hay un tercer factor que se debe considerar, que es el grupo etario de 0-4 cubierto en educación inicial. «A las 400.000 personas hay que agregar otros 200.000 niños y niñas en un nivel cuya cobertura era casi nula hace 20 años», comentó.  

La disminución de la brecha urbana/rural menciona Serafini, como cuarto factor. En este punto señaló que, a medida que aumenta la cobertura en el área rural, también aumentan los costos por la dispersión geográfica.

“La cobertura escolar en el grupo de jóvenes de 15 a 19 años pasó de 48,1% a 65,7% en el sector rural. El aumento de las coberturas en educación inicial y secundaria y en el área rural tiene un costo promedio mayor que el de la educación escolar básica. Son los costos de la desigualdad”, apunta. 

Serafini añade que, en quinto lugar, desde 2003, el sistema educativo ha implementado mejoras que se deben considerar, tales como la universalización de útiles y materiales educativos, la implementación del Programa de Alimentación Escolar y las becas. 

En esta línea, detalla que, desde 2013, la ley garantiza la gratuidad, por lo que el presupuesto incluyó transferencias a los establecimientos educativos para reemplazar el gasto de bolsillo de las familias. “En el ámbito de la gestión, en 2003 no existían las evaluaciones educativas. Esas evaluaciones no son gratuitas”, advierte. 

Esfuerzo fiscal es casi el mismo 

En su análisis, la economista enfatiza en que el dato más importante a considerar es que, de 2003 a 2021, el esfuerzo fiscal es casi el mismo, con un promedio del 3% del producto interno bruto (PIB) anual, siendo en 2003 de 2,4% y en 2021, del 3,2%. Resaltó que, con esos niveles, lo único a lo que se puede aspirar es a aumentar la cobertura. 

Luego, realiza una comparación entre lo que invierte el Ministerio de Educación y una familia en un colegio privado. Detalla que en secundaria, el MEC invierte al año alrededor de G. 7.400.000, lo cual incluye docentes, útiles, alimentación escolar, evaluación, etc.; y una cuota anual en un colegio privado de nivel medio-alto (no incluye matrícula, útiles y alimentación) está entre G. 12.000.000 y G. 30.000.000. 

“Es decir, si se hace un cálculo lineal y se asume que todos los niños, niñas y adolescentes tienen el mismo derecho a contar con esa educación, el país debería al menos duplicar el nivel de gasto, con lo cual se llegaría a los niveles que se estima a nivel mundial como el mínimo necesario con respecto al PIB”, sostiene. 

La profesional asegura que el promedio anual gastado por Paraguay en educación media (secundaria alta en la clasificación internacional) sería equivalente a alrededor de USD 1.050. 

En este sentido, indica que aún duplicando el gasto en educación con respecto al PIB, si se considera el gasto por persona en este nivel, Paraguay permanecería muy lejos de Chile (USD 6.287), Finlandia o Irlanda (USD 11.000). Luxemburgo gasta USD 25.000. 

“En realidad, la inversión pública en educación por joven se encuentra entre 10% y 20% de lo que invierten los países que se ven en Paraguay como modelos en las redes sociales o en los debates”, afirma. 

Por último, se pregunta: “¿Por qué Paraguay debería hacer un milagro y con esos montos pretender tener una buena educación? ¿Cuánto permitiría avanzar con mejoras de eficiencia con estos niveles de inversión? Plantear un debate con respecto a estos temas exige además de evidencia empírica y datos rigurosos, honestidad intelectual para superar falacias y mentiras”.

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