El precio de la soja, al igual que el de otras materias primas, venía experimentando un nivel alto ante la demanda de países como China, y en mayo superó el nivel de los USD 600 la tonelada.
Sin embargo, en las últimas semanas ha tenido una tendencia a la baja y este jueves tuvo una contracción del -8% en el tablero de Chicago, bajando hasta los USD 487 por tonelada.
Medios internacionales relacionan esta contracción con una perspectiva de fortalecimiento del dólar ante el avance de la economía estadounidense y la consecuente posibilidad de un aumento de la tasa de la Reserva Federal, que por el momento se mantiene en el nivel de 0% a 0,25%.
De hecho, el medio especializado brasilero “Noticias Agrícolas” apuntó que el Índice del dólar IDX se aceleró este jueves y ya acumula una subida de más del 1,5% esta semana, luego del comunicado de la FED que anuncia el adelantamiento de la normalización de su política monetaria para fines del 2023 y lleva a vaticinar un fortalecimiento a futuro de la moneda norteamericana.
Asimismo, los derivados de la soja también cayeron fuertemente en la Bolsa de Comercio de Chicago, liderados por el aceite de soja -producto también importante para las exportaciones paraguayas-, que registró pérdidas superiores al 8%.
Por su parte, desde el Banco Central del Paraguay (BCP) se puntualiza que, a medida que la situación sanitaria global se vaya conteniendo con el avance de la inmunización contra el COVID-19, es razonable esperar una mejora en los indicadores de desempeño económico y un repunte de la inflación, contexto en el cual el proceso de normalización monetaria debería iniciarse.
Técnicos de la banca matriz explicaron que a medida que la economía de Estados Unidos se recupere a un mayor ritmo o la inflación se vuelva más persistente de lo que estimó la Reserva Federal (FED), y eso influya en las expectativas de ajuste de la tasa de interés, es razonable pensar en un fortalecimiento del dólar a nivel global.
Sin embargo, aclararon que la cotización de la moneda estadounidense a nivel local depende también de otros múltiples factores, no exclusivamente de lo que ocurra con la tasa de interés de Estados Unidos.
Indudablemente, mantener la fortaleza macroeconómica seguirá siendo clave para mitigar el impacto de cualquier shock externo, incluido el endurecimiento de las condiciones financieras internacionales, a criterio de los técnicos del BCP.
De esta manera, se puede esperar que con una mayor inflación en el mundo y con las reducciones de tasas que vendrán, la demanda de materias primas para su procesamiento sea menor, lo que a vez afecta al precio tanto presente como futuro y ese podría ser el motivo por el cual se ve la contracción en el valor de la soja, actualmente.
En su boletín diario sobre temas financieros, la consultora Mentu destacó el hecho de que las mejores perspectivas generadas en Estados Unidos, por la inmunización de la población, llevaron a un ajuste de la estimación de crecimiento al 7%, cifra superior en 0,5 puntos porcentuales a la estimación de marzo.
En este contexto fue que la FED adelantó un año su fecha probable de suba de tasas de referencia, para el 2023. Este tipo de ajustes, según explica Mentu, pueden generar reducciones de precios de materias primas -como la soja- por una menor demanda de los fondos, mayor costo de financiamiento externo y una probable suba de tasas de interés locales que limitaría el consumo.