Un estudio elaborado por el Banco Mundial (BM) indica que si bien las tensiones inflacionarias siguen vigentes en el 2023, las expectativas permanecen en rangos bajos en la región, oscilando entre 2% y 4,5%.
En este contexto, señala que el éxito relativo de América Latina y el Caribe (ALC) en su lucha contra la inflación se debe en buena medida a la respuesta temprana por parte de los bancos centrales, que reaccionaron hasta un año antes que la Reserva Federal de Estados Unidos (FED); en el caso de Brasil, aumentando las tasas de manera mucho más agresiva que durante episodios anteriores.
Con este panorama, la expectativa de inflación para la región, excluyendo a Argentina y Venezuela, cerró el año 2022 con un promedio de 7,9%, por debajo de la observada en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y en Europa oriental, aunque por encima de Asia oriental.
La inflación mensual alcanzó su máximo en abril de 2022, con 1%, para luego caer a 0,4% en enero de 2023 y se prevé que la inflación anual disminuya a 5% en 2023. “No obstante, en ningún caso se espera que una economía grande de América Latina cumpla con la meta oficial de inflación antes de 2024; así, incluso si no suben, las tasas de interés permanecerán elevadas”, señala el informe.
Según el Banco Mundial, esta situación coloca a las economías en la disyuntiva habitual de tener que elegir entre menor crecimiento o inflación descontrolada. En algunas partes de la región, están teniendo lugar discusiones acaloradas en torno a esta disyuntiva.
En este caso, los datos del Banco Mundial ubican al Paraguay como el cuarto país con menor inflación en el 2022, dentro de Sudamérica, a pesar de que haya cerrado por encima del 5%.
De acuerdo con los datos del Banco Mundial, la inflación de Paraguay se ubica al igual que el promedio ponderado de América Latina -excluida Argentina-, que es de 7,9%.
Es importante agregar que, al mes de marzo de este año, la inflación local ya se ubica en 6,4% interanual, cerca del rango de 2% a 6% en que se considera que puede fluctuar de manera controlable y ya lejos del pico de 11,8% al que llegó en abril del año pasado, según los datos del BCP.
El Banco Central del Paraguay (BCP) también estima que la inflación llegaría al 4,1% al cierre del 2023, lo cual posiciona a este indicador prácticamente en el centro del objetivo fijado en el esquema de metas de inflación, de 4%.
Con estas proyecciones, el BM también destaca que Paraguay sería prácticamente el único en volver a cumplir su meta de inflación ya desde este año.
Características regionales
Por otro lado, el informe del Banco Mundial señala que los bancos centrales de América Latina tienen experiencia concreta en términos de manejo de la inflación. “Desde hace tiempo que el llamado dilema de política monetaria de los países en desarrollo requiere de políticas monetarias procíclicas, en contraste con los países avanzados. Es decir, a medida que la economía se debilita, las tasas de interés en general suben”, sostienen desde el BM.
En este sentido, explican que una caída en los términos de intercambio no solo frenaría el crecimiento, sino que también obligaría a un aumento adicional contractivo (procíclico) de las tasas de interés para defender el tipo de cambio. “Esto es necesario para evitar el efecto de traslado de la inflación, minimizar la creciente presión de servir una deuda mayormente denominada en moneda extranjera, y reforzar la confianza de que la situación está siendo estabilizada y los tipos de cambio no se depreciarán aún más”, agrega el reporte del organismo multilateral.
Como resultado, mientras que en los países avanzados la política monetaria se mueve de manera contracíclica, atenuando la exuberancia excesiva y mitigando las desaceleraciones, lo opuesto ocurre en ALC.
En los países avanzados, la inflación cae a medida que el crecimiento también cae, congruente con una situación donde las autoridades elevan las tasas de interés para reducir la demanda excesiva. En cambio, el panel muestra que en América Latina, a medida que sube la inflación, las tasas de interés también lo hacen y el crecimiento decae. Este patrón es muy claro en todos los países de la región.
Efectos de eventos geopolíticos
La invasión rusa de Ucrania, por su parte, causó una desaceleración en la recuperación de los niveles de pobreza de ALC al aumentar los precios de los alimentos y la energía, derivando en una reducción del poder adquisitivo de los hogares. Los precios domésticos de los fertilizantes para los productores agropecuarios de ALC siguen siendo unas 2,5 veces más altos que antes de la pandemia, advierte el BM.
Los precios más elevados de dichos insumos, además de sequías en algunos países, impactan adversamente en los medios de vida de estos productores y reducen el área sembrada y los rendimientos.
En 2023, la crisis alimentaria podría desplazarse de problemas como la asequibilidad (acceso a los alimentos) a temas de disponibilidad (producción de alimentos) en algunos países y subregiones donde las cosechas están por debajo del promedio.
En valores absolutos, el Banco Mundial estima que unas 5,5 millones de personas cayeron en la pobreza, siendo los países con mayor población, como México, Brasil y Colombia, los que experimentaron los mayores aumentos.
Paraguay registra un aumento del 1,3% en la inflación de alimentos a consecuencias de los eventos geopolíticos.
Perspectivas de crecimiento económico
En cuanto a las proyecciones de crecimiento económico de la región, Paraguay se ubica entre los países que desde este año mantendrán una tasa superior al 4% para los siguientes dos años, solamente por debajo de Panamá y República Dominicana.
Para el 2024, el producto interno bruto (PIB) de Paraguay crecerá 4,3%; de igual manera, en el 2025, según las apreciaciones del Banco Mundial.
De esta manera, Paraguay sería el país con la mayor expansión económica en esta parte del continente, ya que Brasil, Chile ni Argentina crecerían más del 2%, en este periodo.
