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23 de noviembre de 2024

Dólar y combustible se perfilan entre las principales presiones sobre la canasta, para este año

El dólar superó el nivel de los G. 7.000 y la suba del precio de combustibles se torna inminente. Ambos elementos ya se convierten en factores de presión para la inflación del año por el impacto que tienen en la canasta básica, en su expansión hacia otros rubros como el pasaje y los productos importados.

La inflación interanual del 2021 cerró en un nivel del 6,8%, principalmente como consecuencia de la subida de precios del combustible, los alimentos y productos importados. En este contexto, el precio del petróleo comenzó el año con tendencia al alza y ya alcanzó los USD 87 por barril, con lo que se vuelve inminente la posibilidad de un aumento en el precio de los combustibles a nivel local. 

Por su parte, Basa Capital destacó el hecho de que el dólar ya cotiza por encima de los G. 7.000 en las primeras semanas del año, y que los actores económicos siguen prefiriendo esta divisa como un activo de refugio. Esto se suma al menor ingreso en concepto de exportaciones de soja que habrá este año, lo que hace pensar que el tipo de cambio podría subir aún más. 

“El BCP ha vuelto a intensificar sus intervenciones; no obstante, el guaraní se acerca en estos momentos al contexto regional en cuanto al comportamiento del valor de nuestra moneda con relación al dólar. Ubicamos soportes en 6.800 y 6.750; mientras que las resistencias o techos, en 7.100 y 7.200 para el corto plazo”, apunta la casa de bolsa en su boletín semanal sobre el mercado cambiario.

La cotización promedio del dólar cerró la semana pasada en G. 7.026, según registros del BCP, con una suba de 2% respecto al nivel de G. 6.885 en que este indicador concluyó el 2021 y de 1,4% frente a los G. 6.928 en que se ubicaba a esta altura del año pasado.

En este contexto, cabe recordar que el precio de productos importados fue uno de los elementos determinantes en la inflación del 2021, ya que en promedio la inflación en este segmento fue del 9,1% interanual, según informó la banca matriz. Con el elevado tipo de cambio que se espera de vuelta para el 2022, esto da pie a pensar que, con la suba de precios, el índice de importados podría continuar al alza. 

Al ser consultado sobre este tema y las posibilidades de volver a los niveles de inflación del año pasado, el economista y expresidente del Banco Central del Paraguay (BCP), Carlos Fernández Valdovinos, consideró que difícilmente se repita la intensidad del aumento de precios en la misma proporción. Dijo que, si bien es cierto que el combustible y el dólar serán presiones al alza, los alimentos no se encarecerán en la misma medida.

Sobre el tipo de cambio, recordó que las exportaciones de soja tendrán su peor año en mucho tiempo y que el Banco Central no podrá sacrificar su nivel de reservas en la misma proporción para las intervenciones. Esto supondrá una presión extra para la cotización del dólar -por la menor oferta de divisas- y, por ende, sobre los productos importados, según explicó el economista. 

“Hacia finales del año pasado, el precio de los combustibles bajó y eso ayudó a tener una deflación en algunos ítems, eso ahora se va a revertir. Es cierto que esto va a presionar la inflación, pero lo que yo no veo es que vaya a haber un incremento como hubo en otros bienes como el año pasado, porque entre marzo y octubre subieron los precios de commodities y, por ende, de los alimentos”.

Carlos Fernández Valdovinos, economista y ex presidente del BCP.

El economista puntualizó que el mayor peligro de suba de combustible estaría en la posibilidad de aumento de costo del pasaje, que sí tendría una incidencia más pronunciada en la canasta básica. Además, recordó que el fisco ya no cuenta con espacio para otorgar más subsidios al sector privado de modo a detener una eventual suba de costo en el boleto de autobuses.

No obstante, estimó que el precio de las materias primas se va a ir estabilizando y, por ende, debería hacerlo también el de los alimentos. Fernandez Valdovinos afirmó que, si bien esto no implica una baja en el precio de alimentos, estos productos ya no subirán en la misma proporción en que lo hicieron el año pasado; esto mitigará de alguna manera el índice de precios al consumidor a nivel general, de modo a que termine el 2022 dentro del rango meta de 2% a 6%, concluyó.

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