El Banco Central del Paraguay (BCP) publicó hoy su informe del Índice de Precios al Consumidor (IPC) con corte al cierre del primer semestre. En lo que va del año, la inflación acumulada registra una variación del 1,5%, mientras que los precios de junio crecieron en promedio 0,4% en comparación con el mes anterior.
El dato más llamativo radica en la acumulación de 12 meses, ya que se reporta una variación de 4,5% en la suba de precios que se dio desde junio del 2020. Este es el punto más alto del indicador desde enero del 2018, cuando la variación había sido de 4,7%, según el registro histórico publicado por la banca matriz en el anexo estadístico del informe económico.
Esta inflación interanual se encuentra por encima del 4% que el BCP tiene como centro de su meta de política monetaria. Fue impulsada principalmente por las subas de precios en 12 meses de los alimentos (8,6%) y de los servicios (1%); por su parte, los bienes no alimenticios se encarecieron en 5,7% y la renta, en 0,8%.
Al ser consultado sobre este tema, el economista jefe del BCP, Miguel Mora, consideró que esta situación no es más que transitoria y se debe principalmente a la baja base comparativa que dejó el 2020, ya que a mediados de ese año se registró un proceso de deflación (o reducción de precios). En consecuencia, dijo que esto no tendría implicancias en la política monetaria, que seguirá siendo expansiva de momento.
“Nosotros habíamos anticipado en los comunicados de mayo y junio que estaríamos viendo una tasa interanual en estos niveles, esto guarda relación con las deflaciones que tuvimos en el año anterior, específicamente en abril, mayo y junio cuando se había registrado un doble choque de oferta y demanda sobre los precios. La base de comparación es baja y eso se refleja en las tasas interanuales”, apuntó.
Agregó que al ser solo efecto de la base comparativa baja hasta junio, la misma irá convergiendo de vuelta hacia el 4% y no habría ningún tipo de peligro con respecto a la meta de inflación de la institución. Explicó que la inflación es dinámica, y hay un impacto de los alimentos ya que los commodities agrícolas como no agrícolas han incidido en este sentido.
“Para el segundo semestre esperamos una convergencia hacia nuestra proyección para el cierre del año, que es de un 3,8%, y está en línea con las proyecciones de otras entidades y con los resultados que estamos viendo en nuestra encuesta de expectativa de variables económicas, donde incluso hay un vaticinio más bajo con respecto al cierre del año”, apuntó.