Vanessa Cubas, gerente de Prestaciones Económicas del Instituto de Previsión Social (IPS), afirmó durante el Seminario Internacional “Cambios normativos en la Seguridad Social: Derechos, expectativas e implicancias jurídicas”, que no existen intenciones de modificar el actual modelo de financiamiento previsional.
No obstante, durante su presentación en el citado evento que reunió a expertos nacionales e internacionales y contó con el apoyo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), advirtió sobre el estado crítico de las finanzas del instituto.
Según explicó, existen tres etapas críticas: el uso de las rentas, el uso de la reserva y finalmente su agotamiento. Señaló que el IPS ya está utilizando su reserva desde 2020. “Vemos que la renta estamos usando en mayor proporción, si no tomamos medidas es cuestión de tiempo dejar la renta que ya no va a alcanzar y vamos a tener que usar la reserva”, alertó.
Entre las medidas impulsadas citó la mejora en los ingresos a través del cobro de aportes sobre el salario real, ampliando de 3 a 10 años el período de referencia para el cálculo de jubilaciones. También destacó gestiones para el pago de la deuda del Estado, la ampliación de la cobertura del seguro, el combate a la evasión y la optimización de las inversiones financieras e inmobiliarias.
Además, mencionó la necesidad de racionalizar gastos, asegurando que los fondos jubilatorios no se destinen a otros fines. En ese marco, se dejaron sin efecto resoluciones del CAIPS que habían elevado el haber mínimo por encima del piso legal.
APORTE ADICIONAL PARA FINANCIAR BENEFICIO ADICIONAL
Además, en la ocasión también la alta funcionaria anunció una propuesta que se analiza actualmente en el consejo de administración del IPS, orientada a financiar el beneficio adicional anual (BAA), correspondiente al décimo tercer haber jubilatorio. Según explicó, se plantea presentar un proyecto de Ley que incremente en 1,25% la tasa de aporte tanto para los trabajadores activos como para los pasivos.
Cubas detalló que, en el caso de los activos, el objetivo es que financien anticipadamente el beneficio que recibirán en el futuro, mientras que a los pasivos se les dará la opción de aportar para sostener el beneficio que ya están percibiendo, a pesar de que en su momento no realizaron los aportes correspondientes. La propuesta apunta a garantizar la sostenibilidad del sistema, especialmente ante la creciente presión financiera que genera este beneficio.
Según dijo, actualmente, el BAA representa un desembolso de entre 50 y 51 millones de dólares anuales, que no cuenta con una fuente específica de financiamiento. Esto genera incertidumbre entre los jubilados y pensionados cada fin de año. Con el nuevo esquema, se estima que más del 60% de los aportantes activos contribuirían con una suma adicional de poco más de USD 5 mensuales, lo que equivale a entre G. 30.000 y G. 45.000, aproximadamente.
Además de cubrir el costo del beneficio, esta medida permitiría retrasar en cuatro años el agotamiento del fondo de reserva del IPS, brindando mayor margen de maniobra para avanzar en otras reformas estructurales del sistema previsional.