Según los datos publicados por el Banco Central del Paraguay (BCP), el total de gastos de la institución para la conducción de la política monetaria del país en el 2020 fue de unos G. 743.077 millones. Esta cifra representó un descenso del -23% con respecto al año anterior, cuando fueron necesarios unos G. 966.074 millones para lograr el objetivo de mantener la inflación dentro del rango del 4%.
El economista jefe de la banca matriz, Miguel Mora, explicó que los gastos de la banca matriz para la conducción de la política monetaria dependen básicamente de dos factores; por un lado el precio -es decir, la tasa de referencia del BCP- y por otro lado el stock de Instrumentos de Regulación Monetaria (IRM) existente en el mercado.
Como consecuencia de la disminución en la tasa de referencia -que actualmente se encuentra en un nivel históricamente bajo del 0,75% anual-, el ente regulador necesitó una menor cantidad de dinero para hacer frente a las obligaciones con los tenedores de estos instrumentos de regulación. Es por eso que, sumado a un stock constante de letras, los costos de la política monetaria fueron un 23% menores.
Sin embargo, Mora consideró que este bajo nivel de costos de política monetaria es propio de la pandemia, ya que la desaceleración pronunciada de la actividad económica fue lo que llevó al recorte de la tasa de interés de referencia, principal motivo del descenso en este indicador registrado por la banca matriz.
“Lo que hay ahora es una tasa baja y un stock que creció, pero no mucho. Estos niveles de costos de política monetaria se pueden considerar como propios de la pandemia, es un hecho que no ocurre siempre. Cayó la actividad y la inflación se mantuvo baja, entonces eso permitió tener la tasa en estos niveles y eso fue propio del 2020”, explicó.
Aclaró que, no obstante, esto no fue más que el resultado de un balance por la coyuntura, ya que la prioridad del BCP es mantener la variación de la inflación dentro del rango de la meta. Agregó que la capacidad de mantener una tasa de referencia en este nivel es muestra de la solidez macroeconómica que existe en el país.
“El hecho de que tengamos nuestra meta de inflación baja ayuda a que la tasa de interés se pueda mantener para seguir estimulando la economía. Tenemos ese espacio en la política monetaria expansiva y tenemos la inflación dentro de la meta”, expresó.
Cuando los precios de la canasta básica muestran un nivel elevado, que atenta contra el cumplimiento de la meta del BCP, esta institución se vale de la emisión de IRMs -que funciona como bonos que negocia con los bancos- para retirar dinero del mercado y desalentar así la demanda. A fin de tornar más atractivos a estos instrumentos, la banca matriz opta por incrementar la tasa de interés que ofrece por ellos.
En el 2020 este no fue el escenario, sino que la inflación se mantuvo reducida y cerró en 2,2%, al borde del piso del rango de 2% a 6% en que el BCP permite fluctuar a este indicador. En consecuencia, el ente emisor tuvo espacio para ajustar en repetidas ocasiones la tasa de interés de referencia, desde el nivel de 4% en que había arrancado aquel año.