Asunción, 11 ago (EFE).- La represa de Yacyretá, compartida por Paraguay y Argentina sobre el río Paraná, abrió este martes su esclusa de navegación para permitir la salida de 115.000 toneladas de productos agrícolas hacía los mercados internacionales, que proporcionarán un ingreso de 45 millones de dólares al país.
Sin salida al mar, la navegabilidad del río Paraná ha sido la vía de Paraguay para exportar su producción al mundo, pero la sequía que vive el segundo río más largo de Suramérica desde hace meses ha complicado la situación del comercio internacional paraguayo, agravado, además, por el cierre de las fronteras a causa de la pandemia de coronavirus.
La apertura hoy de la esclusa habilitó la salida de 104 barcazas cargadas con toneladas de maíz, soja, trigo y arroz que se dirigieron al río de la Plata para luego acceder a diferentes mercados internacionales.
La operación fue seguida en una pantalla gigante desde el Palacio de Gobierno, en Asunción, por el presidente paraguayo, Mario Abdo Benítez, quien agradeció la «buena predisposición» de sus homólogos de Brasil, Jair Bolsonaro, y de Argentina, Alberto Fernández, para cumplir con los acuerdos de navegabilidad.
«Sin este acuerdo, sin este consenso, habría sido imposible permitir a la producción nacional que sus productos, nuestros productos, que producen nuestros productores, lleguen a los grandes mercados», dijo Abdo Benítez.
En el mismo tono, el director de la parte paraguaya de la represa, Nicanor Duarte Frutos, destacó que el procedimiento exigió una importante determinación política «en tiempos en que las fronteras físicas están cerradas».
DEMANDA DEL SECTOR PRIVADO
La sequía del Paraná y las restricciones fronterizas dejaron al sector privado en una situación de estancamiento que les llevó a demandar una solución al Gobierno para dar salida a «una cosecha agrícola muy productiva», como señaló en el acto el viceministro paraguayo de Relaciones Económicas, Didier Olmedo.
Paraguay recurrió a los acuerdos regionales y al principio del «aprovechamiento múltiple y equitativo de los recursos hídricos», que contempla la producción de energía, pero también el derecho a navegar por los ríos internacionales.
Olmedo se encargó de coordinar las operaciones con Argentina, contraparte de Yacyretá, pero también con las autoridades brasileñas encargadas de autorizar la erogación de agua desde Itaipú, la otra represa sobre el Paraná que Paraguay comparte con Brasil.
Las operaciones comenzaron el pasado 3 de agosto, con la erogación de un caudal de 7.500 metros cúbicos entre semana y de 7.000 metros cúbicos los fines de semana, que se extenderá hasta el domingo 16 de agosto.
«Todo en un entorno muy complicado de restricción de las actividades económicas, productivas y del consumo de electricidad en esta contingencia de la pandemia del COVID-19», apuntó Olmedo.
El caudal normal del río Paraná en estas fechas debería estar por encima de los 13.000 metros cúbicos por segundo, pero la sequía lo ha dejado por debajo de 9.000 metros cúbicos por segundo.
Y sin pronósticos de lluvia para los próximos meses que hagan pensar en una mejoría, según dijo a Efe hace una semana el jefe técnico de la margen paraguaya de Yacyretá, el ingeniero Leopoldo Melo.