Un informe denominado “Food Security Update”, publicado por recientemente por el Banco Mundial, ubica a Paraguay entre los países con inflación en alimentos no solamente de la región, sino también del mundo. El mismo, apunta que la inflación interanual de alimentos se mantiene a niveles elevados en el mundo, al cierre de septiembre, especialmente en países de ingresos bajos y medianos.
Se destaca que la inflación interanual de alimentos a septiembre en este tipo de países, está en cifras de superiores al 5% en el 57,9% de los países de ingresos bajos; en el 86,4% de los países con ingresos “medianos bajos” y en el 62% de los países de ingresos “medianos altos”. De hecho, el informe asegura que muchos de estos países experimentas inflación de alimentos de dos dígitos actualmente.
De este modo, con una inflación de alimentos interanual del 4% en septiembre, el informe ubica a Paraguay entre los países que menos están siendo afectados por la subida de precios. Esto contrasta con otros países de la región, ya que, por ejemplo, Venezuela se ubica con la inflación nominal de alimentos más alta del mundo con un 318% interanual, mientras que Argentina es el tercero más afectado, con 134%.
Dentro de la Región, el único países que figura con una inflación menor al 2% es Brasil, y los únicos ubicados en la franja del 2% al 5% de inflación son Uruguay y Paraguay. Por su parte, otros países como Colombia, Chile, Perú, Bolivia y Ecuador, se ubican en la franja del 5% al 30%, y como se ha mencionado, Argentina y Venezuela se ubican en la franja superior al 30%.
En lo que respecta a Centroamérica, salvo Panamá y Costa Ricas, todos los países muestran inflación de alimentos entre el 5% y el 30%. Por su parte, En América del Norte, México y Canadá también se ubican en la franja del 5% al 30%, mientras que Estados Unidos presenta una inflación interanual de alimentos del 4,3% según el informe.
Por otra parte, de acuerdo con la última edición del informe Commodity Markets Outlook (Panorama sobre los mercados de los productos básicos) del Banco Mundial, si bien la economía mundial está mucho mejor posicionada que en la década de 1970 para hacer frente a una gran crisis de los precios del petróleo, una escalada del conflicto en Oriente Medio —que se suma a las perturbaciones causadas por la invasión rusa de Ucrania— podría empujar a los mercados mundiales de productos básicos “hacia terrenos desconocidos”.
El informe proporciona una evaluación preliminar de las posibles implicaciones a corto plazo de dicho conflicto para los mercados de productos básicos. En él se concluye que los efectos serán limitados si el conflicto no se extiende.
Según el pronóstico de referencia del Banco, los precios del petróleo alcanzarán un promedio de USD 90 el barril en el trimestre en curso, antes de descender a un promedio de USD 81 el próximo año a medida que se desacelere el crecimiento económico mundial.
Se prevé que en 2024 los precios generales de los productos básicos caerán un 4,1 % y los precios de los productos básicos agrícolas disminuirán a medida que aumenten los suministros. También se espera que los precios de los metales básicos caigan un 5% en 2024 y que los precios de los productos básicos se estabilicen en 2025.
Hasta el momento, los efectos en los mercados mundiales de productos básicos han sido limitados. Desde que estalló el conflicto, los precios generales del petróleo han aumentado alrededor de un 6 %. Los precios de los productos básicos agrícolas, la mayoría de los metales y otros productos básicos apenas se han movido.
Sin embargo, el Banco Mundial advierte que las perspectivas para los precios de los productos básicos se ensombrecerían rápidamente si el conflicto se intensificara. En el informe se describe lo que podría suceder en tres escenarios de riesgo basados en la experiencia histórica desde la década de 1970.
Los efectos dependerían del grado de interrupción del suministro de petróleo. En un escenario de “poca interrupción”, el suministro mundial de petróleo se reduciría entre 500.000 y 2 millones de barriles por día, lo que equivale aproximadamente a la reducción observada durante la guerra civil de Libia en 2011. En este escenario, el precio del petróleo aumentaría inicialmente entre un 3 % y un 13 % con respecto al promedio del trimestre actual, y el barril pasaría a costar entre UDS 93 y USD 102.
Por otro lado, en un escenario de “interrupción media” —equivalente en líneas generales a la guerra de Irak de 2003—, el suministro mundial de petróleo se reduciría entre 3 y 5 millones de barriles por día. Esto elevaría inicialmente los precios del petróleo entre un 21 % y un 35 %, de modo que el barril pasaría a costar entre USD 109 y USD 121. En un escenario de “interrupción considerable” —comparable al embargo árabe del petróleo de 1973—, el suministro mundial de petróleo se reduciría entre 6 y 8 millones de barriles diarios. Esto elevaría inicialmente los precios entre un 56 % y un 75 %, con lo que el barril pasaría a costar entre USD 140 y USD 157.
“Hasta el momento, los efectos han sido limitados, pero las turbulencias del mercado energético podrían intensificar la inseguridad alimentaria”, advierte el Banco Mundial, con respecto a los conflictos bélicos en Ucrania y el Oriente Medio.