En conversación con los medios de prensa, este lunes el presidente de la República, Santiago Peña, se refirió al tipo de cambio que recientemente alcanzó los G. 8.000 por dólar.
En la ocasión, el jefe de Estado hizo un recuento de la evolución de la política monetaria en Paraguay, destacando cómo las estrategias implementadas por el Banco Central permitió reducir la volatilidad de la inflación y mantener la estabilidad económica en el país.
Según Peña, en el pasado, la influencia del tipo de cambio en la canasta básica era significativa debido a la falta de claridad en los objetivos monetarios. Hoy, en cambio, el Banco Central busca únicamente la estabilidad de precios mediante una meta de inflación definida.
Peña explicó que en 2011 el Banco Central del Paraguay (BCP) adoptó una política de metas de inflación como objetivo exclusivo. Desde entonces, la banca matriz implementa políticas que permiten que el tipo de cambio fluctúe conforme a las fuerzas de oferta y demanda del mercado, un enfoque que disminuyó la volatilidad inflacionaria, aseguró.
En este contexto, el mandatario recordó que Paraguay no enfrentó episodios de hiperinflación, aunque anteriormente sí experimentaba una inflación más fluctuante.
Detalló además que la meta de inflación del BCP se ajustó progresivamente, pasando de un 5% a un 4,5%, y actualmente está en un objetivo de 4%. Según Peña, este objetivo claro y las políticas de estabilización contribuyen a que el traspaso del tipo de cambio a precios sea menor, es decir, que las fluctuaciones en el tipo de cambio no se traduzcan directamente en incrementos inflacionarios en la economía nacional.
El jefe de Estado resaltó que el manejo de la inflación a través de tasas de interés controladas fue fundamental. “Cuando hay riesgo de aumento de inflación, el Banco Central eleva la tasa de interés”, explicó, señalando la importancia de una política monetaria estable y confiable.
En este sentido, comparó la situación de Paraguay con la postura de Argentina, donde el presidente Javier Milei señaló que la inflación es un fenómeno estrictamente monetario, dependiente de los balances de dinero.
En otro momento, Peña recordó que este nivel en el tipo de cambio no se ha registrado desde 2002, hace más de dos décadas, y señaló que la devaluación actual ronda entre el 5% y el 7%, una cifra manejable dentro de los parámetros establecidos por el Banco Central.
Cabe mencionar que ante este contexto, el BCP empezó a intensificar su intervención en el mercado cambiario para evitar fluctuaciones excesivas, aunque sin interferir en la tendencia general del tipo de cambio. Para Peña, el trabajo del Banco Central es clave en esta coyuntura, ya que permite mantener un entorno de estabilidad que evita el aumento de la inflación por factores externos.
El presidente destacó además la importancia de permitir que los precios de los productos y servicios se mantengan en un marco de libre competencia, sin controles de precio impuestos.