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22 de diciembre de 2024

Seguridad alimentaria: La creciente demanda global de alimentos genera interés hacia Paraguay, según el BID

Un informe del BID, señala que el sector agropecuario en América Latina enfrenta desafíos que impulsan la suba de los precios y la inseguridad alimentaria. La guerra Rusia Ucrania generó una mayor demanda global de alimentos, que puede beneficiar a países exportadores de la región, como Paraguay. Sin embargo, Arturo Galino, economista del organismo resalta que la falta de infraestructura y logística impide que la región responda eficazmente a la demanda.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) publicó su informe de política agropecuaria en América Latina y el Caribe 2023, el cual analiza las diferencias entre los países de la región respecto a este sector, desde la perspectiva de su desempeño y las políticas públicas. 

El documento hace énfasis en que los últimos años fueron turbulentos para el sector debido a la pandemia de COVID-19, al conflicto entre Rusia y Ucrania y a los fenómenos naturales que afectaron a varios países de América Latina y el Caribe (ALC). Así mismo, realiza un análisis respecto a la seguridad alimentaria en la región y su impacto en la población. 

De acuerdo al informe, el efecto de las subidas de precios en la región varía entre países y tipo de actores económicos. En ese sentido, remarca que los países que exportan los productos afectados se benefician de un precio más alto. 

Sin embargo, en la medida en que los aumentos en los precios internacionales se transmiten al mercado interno, los consumidores enfrentan una caída en su poder adquisitivo. Según el organismo internacional, esto parece estar ocurriendo en la región actualmente y tiene efectos negativos en términos de seguridad alimentaria para la población en general. 

“Actualmente, la mayoría de los países de la región tienen niveles de inseguridad alimentaria superiores al promedio mundial (29,5%) y, en algunos casos, más de la mitad de su población se encuentra en un nivel moderado o severo de inseguridad alimentaria”, enfatiza el documento. 

QUÉ PAPEL PUEDE JUGAR PARAGUAY EN ESTE ASPECTO

Arturo Galindo, economista del Banco Interamericano de Desarrollo, explicó a MarketData, que en la actualidad existe una gran demanda global de alimentos, así como disrupciones que aumentan el interés hacia países productores como Paraguay.

Sobre el punto, remarcó que situaciones como el conflicto armado de Rusia Ucrania tienen este tipo de efecto, debido a que tanto Ucrania como Bielorrusia son grandes exportadores de alimentos y debido a la reducción de suministro al mundo a causa de la guerra y las sanciones, el interés se trasladó a otras regiones como América Latina.

“Con esto vimos que existe un potencial de crecimiento muy grande, sin embargo, también se evidenció que la región no tuvo la capacidad de responder rápidamente a la demanda, debido a que muchos de los países no cuenta -todavía- con la capacidad para integrarse a los mercados de bienes globales, lo que tiene que ver con temas de logística e infraestructura vial y portuaria”, explicó Galindo.

Según remarcó el economista, estas cuestiones dificultan la integración de los países de América Latina en los mercados globales de bienes y destacó que la productividad en la industria alimentaria también necesita mejorar, lo que implica adoptar nuevas tecnologías para aumentar el suministro y la competitividad en el mercado global.

“Paraguay debe realizar un gran esfuerzo por fortalecer lo que se necesita para integrarse a los mercados internacionales y de esa manera, suplir muchas de las demandas mundiales que existen actualmente”, remarcó.

Adicionalmente consideró que el país debe encontrar la manera de mejorar su productividad, que no solo tiene que ver con las manufacturas, si no también con las industrias alimentarias.

“En ese aspecto, todavía Paraguay debe importar o desarrollar internamente una cantidad de tecnologías para mejorar la productividad, a fin de aumentar el suministro y ganar participación en los mercados globales de alimentos”.

ANTECEDENTES

Como revela el reporte, en los últimos años la inseguridad alimentaria tuvo un aumento importante en América Latina y el Caribe (ALC). Entre 1990 y 2014, la región logró reducir a menos de la mitad la prevalencia de personas con hambre; sin embargo, desde 2014 el porcentaje de la población que enfrenta un grado extremo o moderado de inseguridad alimentaria se mantiene en alza. 

Aunque este es un fenómeno que ocurre a nivel mundial, en ALC el retroceso en materia de seguridad alimentaria es más acelerado y empeoró aún más con la pandemia de COVID-19 y la guerra entre Rusia y Ucrania. 

Actualmente, la mayoría de los países de la región tienen niveles de inseguridad alimentaria superiores al promedio mundial (29,5%) y en algunos casos, más de la mitad de su población se encuentra en un nivel moderado o severo de inseguridad alimentaria.

La causa del aumento en la inseguridad alimentaria en la región, radica en una disminución del acceso económico a los alimentos, que como explica el BID, se debe a la combinación de mayores precios y menores ingresos, no en su disponibilidad. 

Las políticas agropecuarias pueden influir sobre la seguridad alimentaria estimulando la producción de alimentos, aumentando su disponibilidad y alterando los precios de mercado. Algunos países de la región reaccionaron a la pandemia de COVID-19 imponiendo restricciones a la exportación de productos alimentarios, con el objetivo de garantizar su abastecimiento y reducir sus precios. 

Los mayores incrementos en la inseguridad se dieron en Argentina, Ecuador, Brasil y México. Pero se observa que en Argentina y Ecuador, donde el apoyo al consumidor medido en dólares aumentó, la inseguridad alimentaria podría estar dejando de aumentar.

Por el contrario, en Brasil y México, donde los apoyos al consumidor se reducen aún más después del inicio de la pandemia, no hay indicios de que la inseguridad alimentaria esté dejando de crecer.

Al respecto el BID destaca que “El apoyo al consumidor puede contribuir a paliar el deterioro en la seguridad alimentaria causado por el aumento en los precios de los alimentos”. 

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