Con el relativo despeje de la incertidumbre y la apertura a cada vez mayor cantidad de rubros para la operación normal, la economía paraguaya va mostrando atisbos de recuperación.
Datos del Indicador Mensual de Actividad Económica del Paraguay (Imaep), del Banco Central del Paraguay (BCP), dan cuenta de que en mayo se apuntó una variación positiva del 12,4% a nivel general para este índice.
No obstante, vale aclarar que este número es resultado del esperado “efecto rebote” en términos relativos, ya que la comparación se realiza con una base muy baja dejada por el Imaep de mayo del 2020. En aquel entonces, con una economía casi totalmente cerrada por la pandemia y la cuarentena decretada por el Gobierno, la actividad registró una caída del -7,4%.
Según el documento publicado por la banca matriz, este crecimiento relativo se vio influenciado principalmente por desempeños favorables en los sectores de servicios, manufacturas, construcción y ganadería. Estas cifras van en coincidencia con el informe de cuentas nacionales del primer trimestre, donde se notó que la ganadería pegó un salto del 9,8% y la construcción, uno del 14,2%, en el producto interno bruto (PIB).
En particular, dentro del sector de servicios hubo un comportamiento favorable para aquellos relacionados con hogares, restaurantes, hoteles, comercio, servicios a las empresas y transporte. Esto se dio en un contexto de mayor consumo y menos restricciones de movimiento, luego de los largos meses de cuidado que se tomó la ciudadanía en su intento de mitigar la expansión del COVID-19.
En lo que respecta a la industria, el BCP informa que la carne fue uno de los rubros con mayor auge, segmento de la economía actualmente beneficiado por una alta demanda y precios internacionales relativamente elevados. Otras manufacturas con buen crecimiento fueron las de panadería, bebidas, tabacos, químicos farmacéuticos, papel, madera y textiles.
Por su parte, el buen desempeño de las construcciones es explicado por una buena dinámica tanto desde las obras del Gobierno como desde el sector privado, que continúan en expansión continua desde hace ya más de un año.
Sin embargo, el crecimiento de la actividad económica se vio mitigado en el mes por desempeños desfavorables de la agricultura y la generación de energía; en este último caso, como consecuencia del bajo caudal hídrico del río Paraná que todavía persiste.
De esta manera, en términos acumulados, el Imaep registra una variación positiva del 6,3% al cierre de mayo, casi al doble del 3,5% que maneja el BCP como proyección de crecimiento económico para el cierre del año.
Por su parte, el indicador que excluye agricultura y binacionales -usado como referencia-, registró un crecimiento del 16,6% en el mes y acumula en el año una variación del 9,5%.