Según Bloomberg, Wall Street cerró la semana con un fuerte impulso, con el S&P 500 alcanzando su racha ganadora más prolongada en dos décadas. Las preocupaciones generadas por el shock arancelario de abril comenzaron a disiparse, a medida que surgen nuevas señales de distensión diplomática entre Estados Unidos y China.
Tanto el S&P 500 como el Nasdaq 100 registraron avances superiores al 1% este viernes, consolidando su segunda semana consecutiva de ganancias. En detalle, el S&P 500 subió un 1,4%, el Nasdaq 100 ganó un 1,6% y el Dow Jones avanzó un 1,3%, mientras que el índice MSCI World aumentó un 1,5%.
En los mercados de divisas, el índice del dólar retrocedió, mientras que los bonos del Tesoro experimentaron una caída en los precios, lo que empujó al alza los rendimientos. El bono estadounidense a dos años, altamente sensible a las expectativas de política monetaria, subió más de 10 puntos básicos hasta situarse en 3,83%. En tanto, el rendimiento del bono a 10 años aumentó nueve puntos básicos hasta el 4,31%. Los bonos europeos también reflejaron un alza: el rendimiento a 10 años de Alemania subió hasta el 2,53% y el del Reino Unido hasta el 4,51%.
Por su parte, el petróleo cayó cerca de un 2%, en medio de las discusiones dentro de la OPEP+ sobre un posible incremento en la producción, lo que genera nuevas incertidumbres en los mercados energéticos.
Los datos del mercado laboral en EE.UU. también contribuyeron al optimismo. Un sólido informe de empleo mostró signos de enfriamiento, aunque el mercado sigue mostrando resiliencia. Esta dinámica ayudó a calmar los temores sobre el impacto económico de una posible reelección de Donald Trump y fortaleció la confianza de los inversionistas en el panorama económico a corto plazo.