Una nueva administración asume oficialmente desde este martes 15 de agosto. El Paraguay tiene un nuevo presidente de la República, Santiago Peña, quien junto a sus colaboradores deberán afrontar innumerables desafíos y más teniendo en cuenta que en los últimos años nuestro país pasó por circunstancias o shocks externos cuyas secuelas continúan hasta hoy en día.
A raíz de esto, el nuevo gobierno tiene poco margen de maniobra para llevar adelante sus planes y si bien para este año se espera un crecimiento económico, concretamente según la estimación del Banco Central del Paraguay (BCP) del 4,5%, existen factores que tienen una relevancia importante, tanto para este 2023 como para los próximos años en materia económica.
Paraguay desde el año 2019 no cumple con el tope de déficit fiscal de 1,5% del Producto Interno Bruto (PIB) establecido por Ley, a raíz de acontecimientos como la sequía, el Covid-19, la guerra Rusia-Ucrania, que requirieron que se sobrepase el límite fiscal.
Si bien existe un plan de convergencia fiscal en el cual se estipulaba retornar al 1,5% del PIB en el 2024, ya las nuevas autoridades han adelantado que difícilmente se pueda cumplir con ese objetivo, e incluso se maneja que, para este año, el saldo rojo del Estado estará muy por encima del 2,3% autorizado en la Ley de Presupuesto, ya que deben honrar las deudas atrasadas que se tiene con los proveedores.
“Es intención del Gobierno entrante tratar de pagar el 100% de las deudas con las farmacéuticas y las constructoras este año, eso implica un endeudamiento adicional. Tendremos que ir al Congreso Nacional y pedir un préstamo en torno a ese monto, lo que obviamente implicará un aumento del déficit fiscal de 4% o 4,1%”, adelantó la semana pasada el entonces ministro interino de Hacienda, Marco Elizeche.
Es poco probable que en el 2024 el nuevo gobierno pueda retornar al límite fiscal establecido en la Ley de Responsabilidad Fiscal y más si es que cuenta con planes de seguir invirtiendo en obras de infraestructura que se financia con recursos externos y que es un rubro que mueve a varios sectores de la economía.
Deuda pública
La deuda pública es otro elemento que se debe tener en cuenta, ya que solo en los últimos cinco años se ha duplicado. En 2018, los compromisos del estado paraguayo sumaban un poco más de USD 7.800 millones, y a junio de este año la deuda pública asciende a USD 15.565 millones, representando el 35,1% del PIB.
En este punto cabe indicar que dado que se solicitará un préstamo para pagar las deudas atrasadas, la deuda pública continuará en ascenso este año y es probable que siga un ritmo similar, teniendo en cuenta que no existen planes de aumentar impuestos para lograr una mayor recaudación o una propuesta concreta para reducir el gasto público, para atender las innumerables necesidades que tiene la población y continuar con las obras de infraestructura.
Política monetaria contractiva
Otro factor que es importante resaltar es que todo esto se da en un escenario en donde todavía se cuenta con una política monetaria bastante contractiva. La banca matriz desde septiembre del año pasado viene manteniendo la tasa de política monetaria en 8,50%, es decir, ya son 11 meses en que la tasa de referencia se ubica en ese porcentaje.
No obstante, se espera que en los próximos meses ya el BCP empiece a reducir la tasa, ya que este año la inflación ha venido disminuyendo y se calcula que terminará este año en 4,1% y que los niveles de inversión y los préstamos ya tomen un ritmo normal.
Carlos Fernández Valdovinos, titular del Ministerio de Hacienda, y Carlos Carvallo, candidato para presidir el Banco Central del Paraguay (BCP) tienen la ardua tarea de aquí en adelante en materia de política fiscal y monetaria, respectivamente.
Renegociación del Anexo C
La revisión del Anexo C del Tratado de Itaipú es otro ingrediente relevante para la economía paraguaya en los próximos años, ya que representa una oportunidad que debe ser aprovechada para que Paraguay consiga la plena disponibilidad de su energía para utilizarla o venderla a Brasil a un precio justo.
Según los diferentes cálculos de los analistas, nuestro país podría tener unos USD 1.000 millones o incluso USD 3.500 millones de ingresos adicionales después de la renegociación del Anexo C.
En este punto, cabe mencionar que, el 13 de agosto, se cumplió 50 años de la firma el citado Tratado que a su vez abre paso a la revisión del Anexo C que engloba todo lo concerniente a las bases financieras y de prestación de servicios de electricidad de la Itaipú Binacional a la Administración Nacional de Electricidad (Ande) y a la Empresa Brasileña de Participaciones en Energía Nuclear y Binacional (ENBPar).
Además, contempla las condiciones de abastecimiento y el costo del servicio de electricidad o tarifa; el ingreso anual, derivado de los contratos de prestación de los servicios de electricidad y su distribución; entre otras disposiciones.
Reformas del Estado
Otro de los puntos que tendrá una incidencia en la economía paraguaya, en los próximos años, son las diferentes reformas que necesita el país. Si bien el nuevo Gobierno ya ha empezado con su agenda de reformas con la creación del Ministerio de Economía y Finanzas y la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (DNIT), existen otras propuestas que también están siendo analizadas o que serán presentadas en el Congreso Nacional.
Estas dos iniciativas mencionadas anteriormente ya están sancionadas, e incluso el segundo ya está en proceso de reglamentación. Por su parte, la nueva entidad económica absorbe y amplía las funciones del Ministerio de Hacienda, la Secretaría de la Función Pública (SFP) y la Secretaría Técnica de Planificación (STP).
Por su parte, con la DNIT, fusión de Tributación con Aduanas, se estima una recaudación adicional de USD 400 millones para las arcas del Estado y que la presión tributaria suba al 11% del PIB.
En las agendas de reformas también están la creación de la Superintendencia de Valores; la Superintendencia de Jubilaciones y Pensiones; la reestructuración y modernización de la administración pública que plantea la fusión de varias entidades, todas estas iniciativas ya se encuentran en el Congreso Nacional y se espera que en los próximos meses también sean sancionadas.
Sin duda, el manejo de la deuda pública, retornar al límite fiscal, seguir apostando por obras de infraestructura, honrar las deudas pendientes con los proveedores, intentar una mayor recaudación tributaria, conseguir una buena negociación con respecto a Itaipú y seguir con las reformas tendrán una importante relevancia en lo que pueda pasar en materia económica en los próximos años en Paraguay.
